La adjudicación de nuevos 'slots' en Barajas y El Prat ha dado alas en España a las aerolíneas de bajo coste Las aerolíneas de bajo coste que operan en España preparan un invierno caliente. El abandono de Iberia del aeropuerto de El Prat (Barcelona) ha sido el pistoletazo de salida para una lucha por las rutas interiores que ha implicado una incesante escalada de ofertas. En cierto modo, fue iniciada por la propia compañía de bandera y Air Europa, con vuelos de 5 a 18 euros. Spanair siguió la estela con una promoción de miles de plazas a sólo un euro. Y ahora Clickair, participada por Iberia, ya vende billetes a 5 euros como festejo para inaugurar sus primeros vuelos el próximo mes. También Ryanair se ha sumado a la campaña, pero le salió el tiro por la culata. La manifestación convocada en Barcelona acabó en motín: regalaban pocos billetes a cambio de protestar contra Iberia y se desbordaron las previsiones. Será más decisivo en esta pugna el proceso de adjudicación de slots (derechos de vuelo) en los aeropuertos, iniciado por AENA y que culminará a finales de octubre. La primera fase, cerrada en junio, distribuyó 188.000 movimientos adicionales, que en principio supondrían 30 millones de asientos más. Según los datos publicados, el total de peticiones aumentó un 28 por ciento. Y, claro está, quienes más han crecido son las compañías que menos slots tenían hasta ahora: Vueling ha logrado un aumento del 384 por ciento; Ryanair, un 63, y un poco menos Easyjet, un 55. Las dos últimas, que se especializaban en unir aeródromos secundarios con destinos europeos, se preparan ahora para volar entre aero- puertos españoles. Easyjet se centra en BarajasLa novedad es que Easyjet -cuyo mejor negocio es transportar 7,5 millones de pasajeros entre el Reino Unido y España- instalará a partir de febrero su base operativa en Barajas, aprovechando el espacio dejado por Iberia al trasladarse a la T4. Provisionalmente, se le han concedido derechos para volar de Madrid a Tenerife Norte, Bilbao, Lanzarote y Asturias. Por su lado, Vueling se propone reforzar su ruta Barcelona-Bilbao con dos frecuencias diarias, y desde el 29 de octubre volará entre Madrid y Bilbao, la segunda ruta en intensidad del mercado. Según esta empresa, controlada por la familia Lara, "la estrategia consistirá en consolidar y aumentar las frecuencias de las 33 rutas que atendemos para fortalecer nuestra oferta a los viajeros de negocios". Spanair, que técnicamente no es de bajo coste, tiene a veces que competir como si lo fuera, y con esta estrategia espera crecer en cuatro años de los 10 millones de pasajeros actuales a los 15 millones. El Prat merecerá atención preferente para la filial de SAS, puesto que pasará de 22 a 40 destinos conectados con Barcelona. Las líneas de bajo coste representan hoy el 16 por ciento del tráfico aéreo continental, una proporción que es un poco más alta en España gracias a los vuelos a Europa; y ahora se trata de elevarla compitiendo dentro del país. Por definición, su capacidad para captar tráfico depende de los precios, pero hay que saber que pese a las generosas rebajas que se ofrecen como señuelo, las gangas no son muy transparentes. Un par de ejemplos: los 30 euros de la ida Barcelona-Sevilla, volando con Vueling, se convierten en 139 euros cuando se suman los 70 euros de la vuelta más las tasas. Clickair ofrece, de entrada, un billete más barato por el mismo trayecto, 89,80 euros, pero no están comprendidos los servicios, que ni siquiera se definen. La Comisión Europea pretende que el precio publicado sea el que realmente pagan los pasajeros, para que no se carguen indebidamente tasas no previstas, recargos por combustible, tratamiento de equipaje, gastos de emisión y otros inventos por el estilo. Claro que, como las decisiones de Bruselas pueden demorarse un par de años, las compañías de bajo coste -y las tradicionales, que les siguen el juego- no cambiarán de rumbo.