madrid. Sacyr Vallehermoso nunca ha ocultado sus intenciones. Desde que adquirió el 5 por ciento de Eiffage dijo que quería convertirse en su primer accionistas, pero sin lanzar una opa, mantener al actual equipo directivo y colaborar con él en proyectos comunes. Como suele ocurrir en estos casos, nadie le creyó y, enseguida, se empezó a especular sobre sus verdaderas intenciones: comprar todo el grupo, controlar la sociedad de autopistas APRR, crecer en el mercado inmobiliario, y un largo etcétera.Pero la compañía siempre ha seguido el guión que dijo el primer día. Con una excepción: no ha llegado a ningún acuerdo con la cúpula de Eiffage.Ayer, antes de la votación, Roverato justificó su hostilidad hacia Sacyr por "un problema de método" y definió la toma de participación española como "no concertada, brutal e inesperada". Además, rechazó la mayor, al asegurar que cada grupo tiene estrategias diferentes. En tono conciliador, Rivero afirmó justo lo contrario, defendiendo que las dos compañías tienen la misma estrategia. También destacó que se había reunido en seis ocasiones son Roverato y justificó su interés por entrar en el consejo: "Si tenemos un tercio de los derechos de voto, creo que es normal que tengamos representación en el consejo de administración. Sólo queremos cosas normales".Pero, en realidad, los dos tienen parte de razón. Eiffage, al no vislumbrar ninguna colaboración, justifica el bloqueo de su competidor en el consejo, donde conseguiría información altamente confidencial. Sacyr, como primer accionista, tiene derecho a contar con representantes en el máximo órgano de gobierno. Si ha invertido 1.700 millones, debería tener consejeros defendiendo sus intereses.Hasta que consiga su objetivo, Sacyr suma la minoría de bloqueo suficiente (33 por ciento) para bloquear cualquier decisión en una junta extraordinaria. Un poder que demostró ayer, oponiéndose a tres de los cuatro puntos extraordinarias del orden del día, que iban dirigidos a reforzar al consejo actual. Ante esta incómoda situación, parece que los dos grupos están obligados a entenderse.