Bruselas decidirá a final de mes si continúa el análisis o lo cede al Reino UnidoTelefónica sufrió ayer en bolsa la incertidumbre regulatoria que rodea la venta de su filial británica O2 al grupo chino Hutchison. Si hace unos días fue la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, quien mostró sus reticencias a las fusiones entre compañías de telecomunicaciones y al peligro que eso supone para los precios que pagan los consumidores, ayer fue la presidenta del regulador de telecomunicaciones británico Ofcom, Sharon White, quien hizo suyos los mismos argumentos. Tanto la dirigente danesa como la británica coinciden en que la reducción en el número de jugadores podría menoscabar las inversiones y empeorar la calidad de los servicios. En unas declaraciones al diario The Guardian, White constata una realidad ya conocida desde que se anunció la compra. "Si el acuerdo se completa, la entidad combinada daría lugar al grupo móvil más grande del Reino Unido, con una cuota de mercado del 40 por ciento, y reduciría el número de operadores de telefonía móvil del Reino Unido de cuatro a tres" dijo. Por su parte, Telefónica continúa con el proceso negociador con Bruselas, pendiente de lo que pudiera ocurrir a finales de mes. El calendario de la operación contempla que Bruselas decida qué organismo regulador será el encargado de analizar en profundidad los efectos de la fusión de O2 (de Telefónica) y Three (de Hutchinson). El asunto podría continuar en el seno comunitario, como hasta ahora, o bien tramitarse en la CMA (la Autoridad de Competencia y Mercados británica). Este último organismo ya ha mostrado su vivo interés por analizar las condiciones de la compra. El acuerdo entre Telefónica y Hutchison se cerró el pasado marzo, con un importe de 10.250 millones de libras esterlinas (casi 14.000 millones de euros). El temor a que este acuerdo pueda no salir adelante llevó a la compañía a ser una de las más penalizadas dentro del Ibex 35, con una caída que superó el 3,5 por ciento, pese a que finalmente contuvo el ataque bajista y cerró con un recorte del 1,3 por ciento. No obstante, la cotización de Telefónica no atraviesa su mejor momento bursátil y la razón que se esconde detrás de estas ventas es Brasil, principal generador de ingresos del operador, después de que el Fondo Monetario Internacional vaticinara una recesión para la economía del país del 3 por ciento en negativo este año y del 1 por ciento para 2016. Los analistas de Kepler Cheuvreux estiman "un 50 por ciento de exposición sobre el ebitda" a esta región; de ahí que, en el último trimestre, el consenso de mercado haya recortado en 246 millones de euros su estimación de beneficio para la compañía de cara a 2016, cuando se prevén unas ganancias de 4.029 millones de euros.