Las entidades financieras están resucitando uno de sus productos estrella en la década de los noventa: las hipotecas en yenes. La subida del euribor, ya está en el 3,59%, es la razón. Por David MartínezLos altos precios de la vivienda y el continuo aumento de los intereses a pagar en las hipotecas por la escalada del euribor -en julio alcanzó el 3,539 por ciento- han vuelto a despertar el interés por las hipotecas en moneda extranjera, sobre todo en yenes, como ocurrió en la década de los noventa. Los bancos empiezan a resucitar este tipo de créditos que, sin embargo, no son aptos para todos los públicos: los intereses a pagar pueden ser menores, pero tienen un riesgo añadido, como es la fluctuación de la divisa. Además, al igual que si el crédito se contrata en euros, a la hora de solicitar una hipoteca en divisa japonesa tenemos que contemplar las diversas modalidades de cláusulas posibles: por ejemplo si nos permite modificar después la divisa, cada cuanto tipo y con qué cláusula se revisen los intereses y el importe máximo que financiando de la hipoteca -ronda el 60 ó 70 por ciento del valor de tasación de la vivienda-. De que se acierte con toda esta combinación de factores dependerá que el ciudadano ahorre una buena cantidad a la hora de devolver el préstamo. Las llamadas "hipoteca en divisas" tuvieron su esplendor a finales de la década de los años noventa. Entonces, las entidades bancarias españolas comenzaron a comercializar las hipotecas en moneda extranjera. Su diferencia radica en que no están sujetas a las fluctuaciones de los de tipos de interés que impone el Banco Central Europeo (BCE), ni vinculadas al Euribor, el principal indicador sobre el que se calcula el importe del préstamo hipotecario, sino que dependen de la política monetaria que esté aplicando el país de la moneda en que decidamos hipotecarnos.Una segunda oportunidadAhora que el BCE ha empezado a elevar los tipos de interés, las hipotecas en divisa extranjera quieren vivir una segunda etapa de esplendor. Algunas entidades bancarias vuelven a apostar por este producto, como Bankinter o Barclays. Y quienes están pidiendo más sitio son las referenciadas al yen japonés: a su favor la flexible política de interés del Banco de Japón -el precio del dinero está en el 0,25 por ciento, frente al 3 por ciento de la zona euro-.Los inversores ya empiezan a solicitarlas. "Es en los ahorradores con patrimonios medios en los que estamos notando un aumento de la demanda de las hipotecas en yenes", confirma un analista financiero de Bankinter. Cerca de 250.000 españoles se lanzaron a contratar hipotecas en yenes a fines de los años noventa, aprovechando que los tipos de interés japoneses estaban mucho más bajos que los nacionales. Bankinter fue la entidad financiera que impulsó el producto. En diciembre de 2000, según datos de la Asociación Hipotecaria Española, el euribor (principal índice para el cálculo de hipotecas en España) se situaba en el 4,881 por ciento. Por el contrario, el Libor (euribor japonés utilizado como base para el cálculo de los intereses de las hipotecas en yenes) estaba en el 0,59 por ciento. Se calcula que con el yen nipón bajo mínimos, es posible alcanzar un ahorro de hasta 120 euros en la letra mensual con una hipoteca media de 120.000 euros. Ahora se vuelve a abrir la brecha.El Libor a un año referenciado al yen, un índice que se fija en función de la cotización del yen en la Bolsa de Londres, está por debajo del 1 por ciento, mientras que el euribor a un año ya ha superado el 3,7 por ciento. Ojo con el tipo de cambioEl gran peligro de estas divisas es la revaluación de la moneda en la que nos hemos hipotecado: en ese caso, obviamente, se encarece la cuota que hay que pagar. Por ello, este tipo de hipotecas no se recomienda a pequeños ahorradores, salvo que obtengan los ingresos en la divisa que han determinado para su préstamo. La fluctuación de las divisas es caprichosa y su evolución depende de muchos factores: tipos de interés, el crecimiento económico o la evolución de las exportaciones. Los expertos recuerdan que el tipo de cambio puede favorecer al prestatario, pero en poco tiempo es posible que le perjudiquen: muchos esperan que el yen se revalúe en 2007 porque Japón endurezca su política monetaria, con el consiguiente encarecimiento de las cuotas.