Los empresarios ya tienen un 'plan B' ante una declaración de independencia Artur Mas ya ha conseguido que 3.839 empresas abandonen Cataluña desde que llegó al Gobierno en enero de 2011. La deslocalización de las compañías es un suma y sigue en la batalla soberanista que ha emprendido. Los empresarios extranjeros ya avisan: el 25 por ciento de las compañías ubicadas en la región que proceden de fuera están dispuestas a abandonar Cataluña si se materializa el proyecto independentista, según recoge un informe realizado por Societat Civil Catalana acerca de las consecuencias de la secesión. La cifra de migraciones societarias también se traduciría en euros. La autonomía gobernada por Mas perdería más de 20.000 millones de euros en Inversión Extranjera Directa (IED), pasando de 60,7 millones de euros a 40,6. Hasta el momento, la IED supone el 31 por ciento del PIB autonómico, que se rebajaría hasta el 21,1 por ciento. El informe también señala que el 16 por ciento de los trabajadores catalanes (447.000 personas) perdería su empleo como consecuencia de la secesión. De ese porcentaje, un 25 por ciento (111.750 puestos) correspondería a la deslocalización y huida de las compañías. El Ejecutivo catalán parece que trata de calmar a los empresarios, presentando como bandera un informe del Departament d'Empresa i Ocupació del pasado mes de junio. El documento recoge que Cataluña tiene más de 3.100 multinacionales con sede en el extranjero, concretamente más de 8.346 filiales. También destaca que las ventas de la región en el extranjero representan el 51 por ciento del PIB. Sin embargo, según el informe elaborado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, la independencia supondría el hundimiento de la exportación en la comunidad catalana, llegando a perder el 20 por ciento del PIB. El texto del Departamento de José Manuel García-Margallo sólo hace referencia a las ventas dentro de la Unión Europea. El plan B de los empresarios "La situación actual es una de las más preocupante que hemos pasado en nuestros 53 años de historia", aseguró el pasado miércoles José Luis Díaz-Varela, presidente del Grupo Indurken. El fundador de la compañía química -que factura anualmente en torno a los 700 millones de euros- se dirigió a sus colaboradores en un comunicado en el que relató sin morderse la lengua que una posible independencia afectaría a sus ventas y resultados de una manera muy negativa. Aseguró que la secesión "no beneficia a nadie" y puso su esperanza en que los políticos "actúen con inteligencia y sentido común al servicio de la sociedad". El presidente de Freixenet y de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet, dijo a la revista Tiempo que hay empresarios que ya cuentan con un plan B si el resultado de las próximas elecciones deriva en la independencia de Cataluña. Aseguró que no podía dar nombres, pero recalcó la importancia de que las empresas trasladen a sus empleados y colaboradores. No se descarta, por tanto, que pueda haber compañías que se estén planteando un cambio de sede. Sector farmacéutico El sector farmacéutico español, que se concentra principalmente en Cataluña, donde están ubicadas las sedes centrales de muchas de las principales compañías nacionales como Almirall, Esteve, Ferrer o Grupo Uriach, también ha reaccionado frente al órdago soberanista. El presidente de Almirall, Jorge Gallardo, aseguró la semana pasada que estar fuera del mercado común implicaría un grave quebranto en sus ventas, empleo, inversiones e I+D. La filial en España de la estadounidense Pfizer, la primera farmacéutica mundial, también admitía su "creciente preocupación" por el proceso catalán. Otras multinacionales como Bayer o Sanofi también han movido ficha. El fabricante de la aspirina decidió trasladar de Barcelona a Filipinas parte de los servicios administrativos que tiene en la capital catalana. Por su parte, Sanofi adquirió una nueva compañía en la capital en 2012 y ha potenciado la sede que posee en Madrid, donde ya trabajan más de 80 empleados. La multinacional americana Procter & Gamble compró la empresa líder de productos de higiene femenina Aroba y trasladó también su sede central de Barcelona a Madrid en 2013. La salida de MRW se vivió en paralelo. La compañía cambió su departamento de atención al cliente de la Ciudad Condal a la capital del país. Mondelez cerró en septiembre del pasado 2014 sus oficinas de Barcelona, concentrando su actividad en Madrid. Por su parte, Pronovias también se plantea mudar su sede fuera del territorio catalán en caso de que el Parlamento que surja del 27-S promueva una declaración unilateral de independencia.