El Gobierno estudia medidas para impedir que se vendan cajetillas por debajo de 2 eurosmadrid. La subida de los impuestos del tabaco que prepara el Gobierno para evitar que se vendan cajetillas baratas ha provocado una fuerte división entre la industria. Philip Morris y Altadis han reclamado al Ejecutivo que suba los impuestos mínimos -en enero se aprobó una tasa de 55 euros por cada mil cigarrillos- para acabar con la guerra de precios y recuperar sus márgenes, pero no todos piensan igual. British American Tobacco (BAT), la dueña de Lucky Strike y Pall Mall, se opone tajantemente a nuevas subidas. "Hacemos un llamamiento a la prudencia en un año en el que la industria ha soportado ya dos incrementos consecutivos de la carga fiscal", asegura la empresa, que insiste, además, en que "una subida del impuesto mínimo distorsionaría la competencia".Recorte de márgenesEl problema es que mientras que Altadis y Philip Morris están recortando sus márgenes y ven como cae la cuota de sus principales marcas, Fortuna y Marlboro, cae sin parar BAT ha colocado a Pall Mall, que se vende a 1,85 euros, entre las más grandes. Y algo parecido pasa con la británica Imperial Tobacco, que aunque no se pronuncia públicamente, tampoco es partidaria de la subida porque ha conseguido que su marca John Player Special (JPS) crezca muy por encima de lo esperado gracias a su bajo coste, también de 1,85 euros por cajetilla.Los fumadores pueden encontrar todavía en los estancos marcas como American House por 1,25 euros o Desert por 1,65. Al contrario de lo que sucede en la mayoría de países de la Unión Europea, el diferencial con las marcas importantes es todavía muy grande y las multinacionales lo acusan. Marlboro, la enseña más vendida del mercado, se distribuye, por ejemplo, a 2,75 euros y Fortuna, la segunda del ranking, a 2,20 por cajetilla. Una cuestión matemáticaLas dos grandes mantienen la teoría de que se trata de una simple cuestión matemática. "Si lo que pretende es que no se vendan cajetillas por debajo de dos euros, hay que fijar un impuesto mínimo de entre 66 y 70 euros", aseguran. Actualmente, cada cajetilla paga como mínimo 1,10 euros a Hacienda y el objetivo de las grandes tabacaleras es que ese importe se eleve, al menos, hasta 1,32 euros. Ante la fuerte división interna, la patronal de la industria tabacalera, la Asociación Empresarial del Tabaco (AET), rechazó hacer ayer ningún tipo de comentario. "No nos pronunciamos sobre el tema de la posible subida de los impuestos", aseguró un portavoz.Todo indica, sin embargo, que la subida se producirá antes o después. El 7 de septiembre, el vicepresidente económico del Gobierno, Pedro Solbes, advirtió ya que el Ejecutivo se está planteando subir las tasas para impedir el avance de las marcas baratas y desincentivar el consumo. "Las subidas pueden continuar mientras que las compañías insistan en rebajar los precios", manifestó. Y aunque no dijo nada, todo indica que se hará mediante un incremento de la tasa mínima.A la espera de que esto se produzca, Philip Morris ha lanzado una dura advertencia al lanzar al mercado el pasado verano una nueva variedad de Marlboro, denominada Wides, 25 céntimos más barata que la tradicional. Es sólo una medida más de presión.