Tras años de pérdidas, el negocio vuelve a crecer tras sustituir la marca Champion por la de Carrefour ExpressMADRID. Carrefour tiene un quebradero de cabeza menos. La mayor cadena de hipermercados de España tenía hasta ahora una espina clavada. Frente al crecimiento de las grandes superficies, sus supermercados arrastraban fuertes pérdidas -el año pasado superaron los 60 millones de euros- y las ventas caían de forma imparable. Pero la situación ha cambiado. A finales del año pasado, el grupo adoptó una decisión drástica: eliminar la marca Champion y sustituirla por Carrefour Express. Se pretendía aprovechar el tirón de una enseña mucho más conocida y los hechos le han dado la razón. El año pasado, debido además a la venta de un gran número de establecimientos, las ventas de la antigua Champion cayeron un 30 por ciento. Y la nueva Carrefour Express está creciendo ya a un ritmo del un 25 por ciento. "Es un formato mucho más rentable y estamos convencidos de que este año volveremos a tener beneficios", aseguró ayer Gilles Petit, el consejero delegado de la compañía. Carrefour Express tendrán precios más agresivos que los de su antecesora y su oferta, aunque seguirá basada en la alimentación, será también más variada. Para reforzar su crecimiento, la compañía que preside en España Rafael Arias Salgado, estudiará incluso la posibilidad de franquiciar tiendas a partir del año que viene. Carrefour quiere potenciar también los pequeños hipermercados, que están creciendo ya a un ritmo del 40 por ciento. Se trata también de antiguos Champion, los más grandes, que incorporan secciones de bazar, electro y textil. Carrefour alcanzó el año pasado unas ventas de 9.071 millones de euros, lo que supuso un crecimiento del 3,9 por ciento respecto al ejercicio anterior. El restultado neto de explotación (ebit) ascendió a 591,1 millones, el 12,2 por ciento más. Petit anunció que la compañía de distribución francesa invertirá este año 490 millones de euros en España para abrir, por ejemplo, seis hipermercados.