Después de Nueva York y París, la retrospectiva del cotizado artista Jeff Koons llega a la capital vizcaína. Por Víctor BarahonaLa ciudad de Bilbao dio la bienvenida el pasado mes de junio a figuras de animales elaboradas con aluminio, polietileno y acero inoxidable; a personalidades como Luis XIV o un Michael Jackson de porcelana; a objetos cotidianos como aspiradoras o teteras que componen bodegones. Son las reconocibles obras de Jeff Koons, un creador singular que alcanzó la fama a mediados de los ochenta y que se ha dejado influir por corrientes estéticas de la historia del arte como el surrealismo, el pop art y el dadaísmo. El Museo Guggenheim de Bilbao, que puede presumir de haber convertido la escultura Puppy de Koons (el perro floral de doce metros de altura que adorna el exterior del museo desde el año 1997) en un emblema de la ciudad vasca, ha colaborado en la retrospectiva del artista que el Museo Whitney de Nueva York organizó para despedirse de su antigua sede. Una muestra que, posteriormente, se convirtió en la exposición de un autor vivo más visitada en la historia del Centro Pompidou de París. Hasta el próximo 27 de septiembre, son los visitantes de la capital vizcaína los que podrán acercarse hasta el Museo Guggenheim para conocer la obra de Koons, uno de los creadores más cotizados de la actualidad. Los inicios del artista Jeff Koons nace en York, Pensilvania, en el año 1955. Con tan solo cinco años, sus padres le matriculan en clases de dibujo y comienzan a vender sus cuadros en la tienda de decoración que regentan. Su formación durante la década de los setenta se desarrolla en Baltimore y Chicago y, posteriormente, se traslada a Nueva York. Koons empieza a trabajar en esculturas realizadas con hinchables y espejos y, en los años ochenta, realiza sus primeras exposiciones. La repercusión que alcanza en esta época es de tal magnitud que, en 1992, el Museo de Arte Moderno de San Francisco y el Museo Stedelijk de Ámsterdam realizan las primeras retrospectivas de su obra.