El supervisor urge a la banca a fijar mecanismos para evitar un doble cobroEl Gobierno apoya al Banco de España en la controversia sobre el cobro de dos euros en cajeros automáticos. "Creemos que tiene que haber competencia y limitarse en la medida de lo posible los gastos que pueden acometerse", defendió ayer el secretario de Estado de Economía, Íñigo Fernández de Mesa, a preguntas directas después de que compareciese ante la Comisión de Presupuestos en el Congreso. El supervisor "está siguiendo" el tema y "es el que tendrá que decir las actuaciones que puede acometer", recordó, según informaron Europa Press y Efe. Cuestionado sobre si el Ministerio de Economía y Competitividad podría adoptar alguna medida, precisó que "se trata de acciones fundamentalmente por parte del supervisor". El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, advirtió la víspera en el Congreso que el organismo actuará si se produce un doble cobro por el mismo servicio. Sin embargo, esperará a que tanto entidades financieras como las patronales "tomen medidas" antes de iniciar actuaciones correctivas. Un sistema para resolver La polémica se enciende cuando Caixabank empieza a cobrar dos euros a no clientes por utilizar sus dispositivos para sacar dinero. Un movimiento, que BBVA prevé emular a partir de septiembre y el Santander sopesa seguir en el otoño. Otras entidades como Popular y Sabadell lo analizan, mientras solo lo han descartado de plano Bankinter, Bankia, Evo Banco e ING Direct. El problema a ojos del Banco de España es que esta decisión se convierte en un doble cobro por el mismo servicio, algo prohibido por ley: los dos euros por sacar dinero y el 0,65 por ciento de recargo de la entidad emisora del plástico utilizado por su cliente -tasa, en cualquier caso, que algunas repercuten y otras no, dependiendo del grado de vinculación con el cliente-. Aunque la banca defiende que son cobros por servicios diferentes (el uso del cajero automático por parte la entidad dueña y habilitar esta posibilidad, con los costes que eso acarrea, el banco que acuña el dinero de plástico); la práctica está bajo lupa. La analizan los organismos de competencia europeo y español. Solución espinosa Pero la apertura de esas investigaciones a Caixabank, cuando empezó a cobrar la tasa en febrero; no disuadió a otras de emularlo y cuando parecía que iba a generalizarse, el supervisor dio un toque público de atención. Para poner fin a la política difundió el envío a las entidades de un escrito conminándoles a que "adopten las medidas necesarias" para evitar el doble cargo a través de sus patronales (AEB, de los bancos; CECA, de cajas de ahorros, Unacc, de cooperativas y rurales, Asnef para financieras y Anaed en entidades de medios de pago). Sin inclinarse por ninguna tarifa obliga a negociar una difícil solución. Y es que Caixabank, BBVA y Santander, poseen la mitad de los cajeros españoles, metiendo presión a entidades con muy pocos dispositivos (Bankinter) o casi ninguno, caso de ING Direct. Caixabank intentó resolver el problema dejando de cobrar la tasa interbancaria -ese 0,65 por ciento- que el emisor traslada luego al cliente. Pero el resto de entidades rehusaron suprimir el recargo al titular de la tarjeta. Si no hay pacto, el supervisor puede abrir expedientes, donde caben sanciones tipificadas en la Ley de Supervisión y Solvencia.