Las entidades recaudan 3.940 millones en España en seis meses, lo que cubre un 48% de sus costesEstos ingresos, generadores el 21% del margen bruto, se han movido a la baja desde 2007El cobro de 2 euros por uso de cajeros ha puesto en el disparadero las comisiones por servicios antaño gratuitos. Se plantea como estrategia para captar clientes o debilitar a bancos con poca red de terminales más que con fines recaudatorios, pero la verdad es que se incardina en la necesidad para los bancos de ganar rentabilidad. Con la crisis esta fuente de ingresos sufrió los bocados de la ausencia de operativa y negocio, pero la gran banca ha enderezado el pulso y en el primer semestre recaudó 3.929,15 millones de euros en España. Crece un 3,23 por ciento respecto al periodo comparable de 2014, cuando este caudal de recursos encadenaba su séptimo año de descensos, y cubre ya el 47,57 por ciento de los costes de explotación. Son cómputos acumulados de las cifras del Santander, BBVA, Caixabank, Bankia, Popular y Sabadell correspondientes al primer semestre. Si se depurase el Popular, cuya la facturación aún retrocede un 14,70 por ciento, el importe subiría un 5 por ciento, con progresiones que oscilan entre el 2,90 de Bankia y el 10,4 por ciento en el banco de La Caixa. Esta recaudación genera un 21,18 por ciento del margen bruto y equivale al 35,57 por ciento de un resultado financiero todavía débil por la escasez de nuevo crédito y cuya mejora se está sustentando en abaratar la retribución de los depósitos con clientes, cuyo recurso comienza a agotarse. La partida de comisiones recupera protagonismo tras una crisis, que ha pulverizado una cuarta parte de su contribución solo por languidecer la actividad, y cubre casi la mitad de unos costes inflados, además, con partidas excepcionales derivadas de fusiones y abultados ajustes de plantilla -en Caixabank 541 de los 2.394 millones son cargos extraordinarios, en plena absorción de Barclays; mientras las cuentas de BBVA recogen la integración de Unnim y CatalunyaCaixa, y Sabadell al británico TSB-. El avance recaudatorio es producto de tres fenómenos: En primer lugar, la crisis se ha llevado por delante la vieja práctica de eximir del pago de tarifas en ciertos servicios, tales como cuentas y tarjetas, cuando su coste se compensaba de largo con la efervescencia hipotecaria. Hoy la política de comisiones cero es más un gancho para vincular a clientes, a los que se hace rentables, paradójicamente, por la acumulación de productos generadores de otras tarifas -se exigen nóminas, domiciliaciones de recibos, seguros, planes de pensiones, etc-. Con la excepción de entidades donde la gratuidad es nuclear de su estrategia, -ING Direct o Evo Banco-, al sector le preocupa acostumbrar al cliente a pagar por los servicios. Quizá el ejemplo paradigmático es la cuenta estrella '123' del Santander, que repercute 3 euros cada mes por disfrutar de un pack donde el cliente puede ahorrar miles de euros con hasta un 3 por ciento de bonificaciones en el pago de recibos, según su vinculación. El propio Banco de España ha aconsejado repercutir los costes, así como ajustar estructuras de costes porque, con los tipos casi a cero y la escasez de crédito, está en juego nada menos que la rentabilidad necesaria para sobrevivir. Bajo este escenario, la industria ha comenzado a recuperar tarifas abolidas hace años por la feroz competencia, tales como las comisiones de estudio de hipotecas y por cancelación; o la cuota anual en tarjetas de débito y crédito, pero también aplica otras nuevas, como los dos euros a no clientes en cajeros de Caixabank, cuyo seguimiento por BBVA y Santander, puede convertirlo en una tendencia sectorial. Es pronto para que el viraje de por complejo frutos, pero la recaudación ya repunta gracias al auge en planes de pensiones, fondos de inversión o seguros, cuyo patrimonio administrado crece a ritmos de dos dígitos. Con la retribución de los depósitos para el dinero fresco hundida en el 0,2-0,5 por ciento, la banca fomenta la migración del ahorro hacia productos con mejores expectativas de rentabilidades. El margen de avance puede ser apreciable si se comprara en etapas precrisis. En 2007 podían sufragar dos terceras partes de los costes (un 80 por ciento en el Popular, el 64 en BBVA, un 70 por ciento en el Santander y el 50 en Caixabank o el 67 por ciento en Caja Madrid).