La entidad nacionalizada mejora sus beneficios un 11,5% en el primer semestreBankia ya ha cumplido con los objetivos prefijados en su plan estratégico 2012-2015 elaborado tras el rescate millonario y la nacionalización. La entidad ha conseguido seis meses antes de culminar el plazo contar con una rentabilidad sobre recursos propios del entorno del 10 por ciento, la única variable importante que todavía estaba por debajo de las expectativas. A cierre de junio, su ROE se elevó al 9,8 por ciento. En diciembre este parámetro se situaba en el 7,9 por ciento, afectado por las provisiones realizadas para cubrir las demandas por la salida a bolsa de 2011. La rentabilidad de Bankia, una de las más altas del sector, ha escalado gracias a la mejora en un 11,5 por ciento de los beneficios en los últimos doce meses. En el primer semestre ganó 556 millones de euros, a pesar de que el margen de intereses continúa bajando, un 2,8 por ciento, debido fundamentalmente a los reducción de los tipos de interés que le ofrece la cartera de bonos de la Sareb. Bajada de las provisiones Esta caída se ve compensada, fundamentalmente, por el incremento de los ingresos por comisiones y venta de deuda pública, recorte de gastos y por la bajada de las provisiones para riesgos. Las dotaciones de Bankia se detrajeron un 30 por ciento como consecuencia de la menor morosidad por la recuperación de impagos, impulsada por la reactivación económica, y la desinversión de créditos dañados. Los resultados del primer semestre permiten a la cúpula de la entidad nacionalizada mantener la confianza en que se podrá mantener la evolución y poder cerrar el año confirmando el cumplimiento del plan estratégico. Aún así, el consejero delegado, José Sevilla, mostró su cautela en la presentación de las cuentas semestrales al afirmar que la plantilla no se puede relajar para redondear el proyecto a tres años hasta diciembre. Sevilla recordó que los objetivos parecían demasiado ambiciosos en el momento en que lo diseñaron y que las circunstancias han ido cambiado desde entonces, como el desplome de los tipos de interés. El plan, además de la rentabilidad, pretendía engordar la liquidez, incrementar la solvencia, mejorar la eficiencia y reducir el coste del riesgo. En eficiencia, el ratio se sitúa en el 41,5 por ciento, en la franja baja de la horquilla marcada (40-45 por ciento), mientras que el coste del riesgo en la mitad de la banda prefijada. Dividendo Una vez cumplidos los objetivos, la entidad trabaja en el nuevo plan estratégico. Según avanzó Sevilla, éste será presentado a principios de 2016 y marcará las pautas de la entidad hasta finales de 2018. Entre los ejes principales del proyecto que empieza a diseñar el banco se encuentra la digitalización y el establecimiento de una política de dividendos preestablecida. Hasta 2014 el grupo nacionalizado no ha podido distribuir beneficios. Este año ha pagado con cuenta a los resultados el 27 por ciento de los mismos. Para 2015 todavía no ha tomado una decisión, pero según indicó el consejero delegado se abonará a lo largo de 2016. A través de los dividendos Bankia pretende ir devolviendo parte de las ayudas públicas recibidas, que ascienden a 22.400 millones. Su principal accionista, con un 63 por ciento del capital, es BFA, que está controlada al 100 por ciento por el Estado. La otra vía para recuperar el dinero público será la venta de la participación que ostenta. Hasta ahora tan sólo ha vendido el 7,5 por ciento y hasta el próximo ejercicio no se prevé una nueva desinversión. Bankia espera que el negocio se mantenga en los próximos meses, con subidas del crédito nuevo, tanto en pymes como en hipotecas y consumo, y un descenso adicional de los tipos de interés en los depósitos a plazo, hasta una media del 0,35 por ciento. El mercado vio con buenos ojos los resultados semestrales y la acción subió más de un 2 por ciento. El Ibex 35, por contra, se depreció un 1,4 por ciento.