Lugares irrepetibles entre las provincias de Albacete y Ciudad Real, con gran diversidad de fauna, flora y paisajes, desde la llanura más seca hasta el humedal más inesperado. Por Noelia GarcíaPasar un día de playa sin viajar a la costa es posible. En medio de Castilla La Mancha encontramos unos lagos formados por la acumulación de carbonato cálcico, en los que cientos de turistas los visitan cada día. El parque natural de Las Lagunas de Ruidera está dividido entre las provincias de Albacete y Ciudad Real. Estas piscinas naturales tienen 34 zonas de baño interior autorizadas, repartidas en 21 municipios de la región. Las principales zonas de baño son la Laguna del Rey, la Colgada (frente al albergue Alonso Quijano), la Santos, la Salvadora, la Redondilla (sin agua en los meses de sequía) y la de San Pedro (cercana a la carretera de Ossa de Montiel). Se puede acceder al parque desde diferentes provincias. Partiendo de Ciudad Real o Madrid, se llega hasta Manzanares por la N-IV, y desde aquí por la carretera N-430, pasando por La Solana, Alambra y Ruidera. Si se emprende la marcha por Albacete, se llega por la N-430. Un playa de carbonato cálcico Más alla de un sitio de baño con agua cristalina y actividades acuáticas -como piragüismo, pesca, snorkel o buceo- se pueden realizar rutas senderistas, rutas 4x4, actividades de educación ambiental, rutas ornitológicas y conocer la Cueva Montesinos, de unos 80 metros de profundidad y donde transcurre un capítulo de Don Quijote de la Mancha; el Castillo de Rochafrida, situado en el paraje del Tobar, la Ermita de San Pedro, donde se han encontrado sepulturas con enterramientos de personas de gran tamaño y otros hallazgos de tiempos pretéritos o el castillo de Peñarroyas (a 12 kilómetros hacia el sur de Argamasilla de Alba). También, se podrá disfrutar de su naturaleza: encinares, sabinares, sotos, arboledas de álamos, etc. Y de su fauna: el águila perdicera o la garza imperial. En estas lagunas los peces que se pueden encontrar son la boga (Chondrostroma polylepis) y la carpa (Cyprinus carpio), así como otras introducidas o exóticas como el lucio o el black-bass. La gastronomía también es plato de buen gusto, tras un refresacante baño. Como acallar el apetito resulta casi imposible tras una jornada de gran actividad, el restaurante La Vega acude a la ayuda para saciar el hambre, al igual que La Perca Rosa Ruidera, con una agradable terraza. El atractivo de las playas de Don Quijote de la Mancha son sus cascadas. Las lagunas se rebosan e inundan unas a otras, formando saltos debido a formaciones geológicas como las barreras travertínicas. La Cascada del Hundimiento es una de las mayores barreras tobáceas, junto con su imponente salto de agua y su león escondido. Para quienes piensen en una Mancha árida y seca, las Lagunas de Ruidera descubren un humedal que recibe más de 275.000 visitantes cada año. Durante el verano, los campistas se masifican y es probable que las carreteras se llenen los domingos, pero merece la pena pasar unos días combinando naturaleza y diversión garantizada. Además de las múltiples posibilidades de actividades, existe una nutrida oferta gastronómica y de descanso en diversos pueblos. En el año 1979, el Gobierno de Castilla La Mancha declaró las Lagunas de Ruidera como un Parque Natural, incorporándolo dentro de la Red de Espacios Protegidos de la Región.