Espera dificultades en las asignaciones de producciónMadrid. No saltan las alarmas en el Grupo Volkswagen, que ya ha empezado a calentar motores para establecer su nueva estrategia de producción entre sus instalaciones en todo el mundo. Lo primero, más claro y esperanzador es que, según comunicaron miembros de la dirección del grupo a los representantes sindicales de los trabajadores, la dirección no tiene intención de cerrar ninguna planta.Sin embargo, esta estrategia tiene un alto precio que el grupo empezó a pagar el año pasado con la reestructuración industrial que está llevando a cabo, sobre todo en sus plantas de Alemania.Las factorías del Grupo VW producen a una media del 70 por ciento de su capacidad máxima, y los planes de la dirección pasan por emplear toda su capacidad, según informó ayer Josu Sánchez Bruna, presidente del Comité de Empresa de Volkswagen Navarra y miembro del Presidium del Comité Europeo y Mundial.Situación actualEl grupo distribuirá su producción mundial en noviembre, y estas son sus cartas: la parte más complicada de su estrategia se centra en Alemania. Durante este mes quiere alcanzar un acuerdo conjunto para sus seis plantas en este país y reducir sus plantillas un 20 por ciento, unos 20.000 empleados, conb bajas incentivadas.En Brasil el grupo cuenta con un exceso de plantilla de 6.000 empleados entre las cinco plantas. La más importante, la de Sao Bernardo do Campo, negocia actualmente un plan de bajas incentivadas para 3.600 empleados de aquí a 2008. México ha acelerado su producción desde agosto, aunque el grupo advierte que el mercado en EEUU es complicado.En la República Checa Skoda produce más de 500.000 unidades por año, y se están prolongando los turnos, en tanto que Bratislava cumple sus objetivos pero con un "abuso de horas extra", según el Comité. Portugal negociará el próximo año el convenio. Aunque le falta producción del Sharán, ya fabrica el modelo EOS. Bentley, en Inglaterra, gana más de lo previsto y ha creado turnos adicionales para atender a la demanda.