Las entidades apuestan por las fusiones y el control de los costes para mejorar la rentabilidadLa banca avisó ayer que la excesiva carga regulatoria supondrá no sólo un freno a la financiación, sino un encarecimiento de la misma en el futuro próximo. Distintos representantes del sector, que participaron la jornada Los desafíos de la Unión Bancaria, organizada por elEconomista junto con Cumbria y TIBCO, advirtieron de que las entidades tendrán que elevar el precio de los préstamos a empresas y familias para conseguir los retornos del capital que exigen los mercados. El director financiero del Popular, Francisco Sancha, indicó que en la actualidad es difícil gestionar el negocio porque por cada 100 euros de exposición al riesgo (APR) hay que destinar 20 euros al capital. Esta situación lleva, a su juicio, a que se "pueda frenar el crédito". Para su homóloga en Bankinter, Gloria Ortiz, lo que sí que parece claro es que habrá un encarecimiento de los créditos porque la carga de capital se ha duplicado con respecto a 2007 (del 5,5 por ciento a la banda del 10-11 por ciento) y que "todo apunta" a que se exigirá un 16 por ciento, incluyendo los instrumentos híbridos, en referencia al denominado ratio TLAC. Ortiz destacó además que la banca tendrá que asumir otros gastos, como el aumento de las aportaciones al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) y que estos extras se tendrán que traspasar a los precios que se cobran a los clientes. "Como sigamos con esta senda de regulación nos convertiremos en utilities, inquebrables", señaló, para defender posteriormente que un 10 por ciento de rentabilidad (ROE) será más que suficiente, un alegato en el que estuvieron de acuerdo el resto de ponentes. Eficiencia El director financiero de Caixabank, Javier Pano, señaló que la situación es aún más desafiante de lo descrito anteriormente, ya que la tarta del negocio aún no crece, el escenario de tipos no ayuda, lo que obligará a las entidades a tener un estricto control de los costes. La eficiencia operativa tendrá que mejorar, a su juicio, al 40 por ciento. De esta manera, se incrementarán unos niveles de rentabilidad que a día de hoy se sitúan entre el 6 y 7 por ciento, pero que descontadas las operaciones financieras (compra venta de deuda pública, principalmente) "no llega ni al 3 por ciento". Las entidades que no consigan aumentar la rentabilidad que reclaman los accionistas se verán abocadas a las fusiones. Todos los ponentes aseguraron que es previsible que se produzcan tanto integraciones a nivel nacional como a nivel europeo. El director financiero de Bankia, Leopoldo Alvear, estimó que las operaciones trasnacionales se producirán en el plazo de dos o tres años. Aseguró que el nuevo supervisor único, el BCE "que llega sólo siete meses las promoverá porque aún hay muchas discrepancias regulatorias". Sobre la reestructuración del sistema el presidente ejecutiva de Cumbria, Vicente Lage, destacó que en España aún no ha terminado y avanzó que cuando el BCE "tome el control de la supervisión dinamizará estas operaciones". Lage apostó por una mayor digitalización de las entidades para aumentar su cuenta de resultados y ofrecer mayores retornos de capital a los inversores. Según el presidente de Cumbria, la tecnología servirá al sector para vender más, no sólo para controlar los costes y ganar en eficiencia. El último ponente, el responsable de Relaciones Internacionales de Intesa, Hugo Doyle, el proceso de concentración del sector también está abierto en Italia y destacó que habrá oportunidades para futuras fusiones trasnacionales.