Los créditos ELA continuarán al nivel del 26 de junio, pero se endurecerán las condicionesEl Banco Central Europeo (BCE) mantendrá sin cambios la asistencia de liquidez de emergencia (los créditos ELA, por sus siglas en inglés) a los bancos griegos, pero endurecerá las condiciones para concederla. "El Consejo de Gobierno ha decidido ajustar los límites en los colaterales aceptados por el Banco de Grecia para el ELA -la línea de liquidez-", anunciaba ayer la entidad presidida por Mario Draghi tras una reunión de urgencia para abordar el resultado del referéndum griego. En otras palabras, el BCE sigue dando oxígeno a Grecia pero al exigir más colaterales (garantías) ligadas a los activos respaldados por el Gobierno se lo pone más difícil a los bancos griegos para que puedan acceder a la financiación de emergencia. El Banco de Grecia había pedido un aumento de 3.000 millones de euros en el techo de provisión de liquidez, pero finalmente el BCE optó por mantener los actuales 89.000 millones de euros y además dar menos dinero a los bancos griegos por cada activo que presenten. Para justificar esta decisión, Draghi alegó que la situación financiera de Grecia "tiene un impacto en los bancos griegos ya que la garantía que utilizan en ELA se basa en gran medida en los activos vinculados al gobierno". La reunión fue presumiblemente tensa. Según Financial Times, que cita a fuentes del Eurosistema, dos miembros del consejo de gobierno se opusieron a la decisión, porque querían aplicar medidas más estrictas. Pendiente de las reuniones El BCE cree que el sistema financiero griego puede sobrevivir hasta mañana sin una inyección extra de liquidez, según fuentes cercanas a la institución. De esta manera, Draghi gana tiempo hasta que se hayan celebrado el Eurogrupo y la cumbre extraordinaria de líderes europeos que tienen hoy lugar. El Banco asegura que seguirá de cerca la situación de todos los mercados financieros y, por otro lado, que su consejo de gobierno está decidido a usar "todos los instrumentos que estén en su mano" para garantizar la estabilidad en la eurozona. De momento, la pelota está en el tejado del Eurogrupo. Mientras, Atenas informó de que el corralito que se aplica desde hace nueve días se mantendrá al menos hasta el próximo jueves. Nueva fecha límite: 20 de julio Ahora mismo, los créditos ELA son lo único que mantiene con vida a los bancos griegos. Pero el próximo 20 de julio Atenas debe afrontar el pago de 3500 millones de euros que le debe al Banco Central Europeo. Si ese día Grecia no puede pagar, lo más probable es que el BCE corte la liquidez por completo. Si eso llegara a suceder, el sistema financiero griego se colapsaría y nadie sabe qué vendría después, aunque muy posiblemente el gobierno se vería obligado a imprimir una nueva moneda para intentar reactivarlo. Ayer el miembro del consejo de gobierno del BCE, Christian Noyer, advirtió que la entidad no tiene competencias para reestructurar la deuda pública griega, es decir, para modificar los plazos de devolución o plantear una rebaja, ya que eso supondría que está financiando a un país, lo cual está prohibido. "La deuda griega en manos del Eurosistema es deuda que no puede, por su propia naturaleza, ser reestructurada porque eso sería financiación monetaria de un Estado", dijo Noyer, que es gobernador del Banco de Francia, a la prensa.