El diferencial de la deuda periférica sigue por debajo de los máximos del añoLa apertura del mercado de ayer apuntaba a que sería la peor sesión en años para las primas de riesgo periféricas. La española se disparaba hasta los 190 puntos básicos, un avance de 65 puntos. No sólo eso, los movimientos del mercado en los primeros minutos de cotización fueron muy bruscos, lo que reflejaba la cantidad de órdenes que había en el mercado y la dificultad de los equipos técnicos para cuadrar todas las operaciones y determinar el precio de los bonos. En definitiva, un escenario de pánico que duró unos minutos y que se fue aliviando a lo largo de la sesión. Las órdenes de venta se encajaban con las compras del Banco Central Europeo (BCE), lo que ayudó, en esta ocasión, a limitar la subida de las rentabilidades de los bonos periféricos y contener las primas de riesgo. De hecho, una buena parte del avance del diferencial se produjo por la caída de la rentabilidad del Bund alemán, que descendió hasta el 0,8 por ciento. En total, 13 puntos básicos de caída que se anotaron como subida de todas las primas de riesgo. En el caso del riesgo país de España o Italia, este avance supuso más de un tercio de toda su subida. Por su parte, la prima de riesgo irlandesa subió 13 puntos básicos pese a que su bono se mantuvo plano. En España o Italia, la subida de 36 puntos de sus primas al cierre de la sesión estuvo muy influida por el descenso del Bund. Miedo sí, pero no pánico El mercado tiene incertidumbre por lo que pueda pasar en Grecia -que probablemente hoy impague los casi 1.600 millones de euros que debe al FMI-, incluso miedo, pero lo que no ha demostrado es pánico. Sirva como ejemplo el bono español, que rompió sus mínimos históricos de rentabilidad que estaban en pie desde 2005 el año pasado. Lo consiguió al bajar del 3 por ciento de rentabilidad. Al cierre de ayer, y después de subir 24 puntos básicos, el bono español cerró en el 2,347 por ciento, 65 puntos básicos por debajo del nivel histórico de entonces. Sigue siendo demasiado pronto para aventurar el apocalipsis. La prima de riesgo española tampoco refleja que haya pánico en el mercado. El riesgo país subió hasta los 155 puntos básicos, lo que significa que todavía está por debajo de los máximos del año: este mismo mes de junio ya llegó a rozar los 160 puntos básicos. Pese a que las negociaciones parezcan rotas, todas las decisiones adoptadas hasta ahora han sido políticas, por lo que sólo hace falta voluntad de los líderes europeos para encarrilar la situación. A este clavo ardiendo se agarran los inversores. "No hay que descartar un acuerdo en el último minuto", explica el equipo de Banca March, "en las crisis europeas siempre se ha tenido que estar al borde de la ruptura para que las partes llegaran a un acuerdo", indica. El BCE y la música de fondo El mercado de bonos volvió a vivir una jornada con una total ausencia de liquidez. Un escenario que podría haber sido un infierno para los bonos, no fue tal gracias a la presencia del BCE como comprador. Las ventas de los inversores se cruzaban con las compras de la entidad y así se limitaron las subidas de las primas de riesgo y los inversores minimizaron sus pérdidas. "El QE de la institución pone un límite al avance de los diferenciales", explica Salmand Ahmed, estratega global de Lombard Odier. Por ejemplo, el precio del bono español cayó un 2,09 por ciento, el italiano un 2,15 por ciento y el portugués, un 3,16 por ciento. El BCE no ha estado sólo en este reto de contener el primer gran efecto contagio. Uno de los puntos favorables es que la exposición del sector privado a la deuda del país es mucho más limitado que en 2012, lo que, llegado el momento, limitaría las posibilidades de un colapso financiero. Los inversores volvieron a buscar protección para su dinero en la deuda refugio, en especial, la alemana. El Bund bajó su rentabilidad hasta el 0,8 por ciento y su precio subió un 1,19 por ciento.