Restoy pide ajustes de costes y más comisiones para compensar los tipos bajosEl escenario de tipos casi a cero, que viene para quedarse durante largo tiempo, pone palos en las ruedas del negocio bancario y obliga a las entidades a realizar "una reflexión estratégica" para no sucumbir. El subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, animó ayer a las entidades a "acometer operaciones" en Europa para aprovechar las economías de escala y la supresión de las barreras nacionales al negocio, e, incluso, en el mercado doméstico. "En España pudiera existir algún margen y si existiera debería ser aprovechado para dar valor al accionista", aseguró en la clausura de las jornadas de la Apie celebradas en la UIMP bajo el patrocinio de BBVA, y pese a que el número de agentes se ha reducido de un centenar a 40 en los últimos años. Una invitación tan directa, la primera en foros públicos, se produce cuando el mercado especula con un movimiento de concentración en la banca mediana (Unicaja, Kutxabank, Ibercaja o BMN) o que incluso involucre a Bankia como solución a la privatización. Coste de capital elevado La razón en clave de integración intramuros es reforzar "la eficiencia del conjunto del sector" al tiempo eleva el atractivo para el inversor de las entidades involucradas, y en escala europea buscar además fuentes alternativas de negocios e ingresos. Y es que la industria está obligada a rentar más para mantener el favor de los inversores. Según detalló Restoy, el coste del capital se sitúa en el 10 por ciento y la rentabilidad de nuestra banca apenas ronda el 6,5 por ciento (3 por ciento la media europea). La brecha es amplía y difícil de cerrar cuando los márgenes están presionados por tipos ultrabajos y los costes en capital y gastos regulatorios, y según subrayó Restoy, se agota la etapa donde el beneficio podía construirse en el margen financiero por el propio envejecimiento de la población. Con el menor peso de jóvenes caerá la demanda de hipotecas y se tenderá a ahorrar. Bajo este cambio de paradigma, aconsejó, junto a aprovechar las integraciones y hacer una estrategia paneuropea, dar una vuelta de tuerca a los costes, "las nuevas tecnologías -dijo- deben permitir ganar eficiencia mediante la reducción de los puntos físicos de venta" y empujar el negocio generador de comisiones, de mayor transaccionalidad y gestión de activos. Restoy justificó el embalsamiento de liquidez y los tipos a cero de BCE como cortafuegos para evitar la peligrosa deflación y reanimar la economía, objetivos que hacen prever que la política monetaria continuará laxa "más allá de 2016". El problema es que su prolongación en el tiempo va contra los márgenes de la banca y podría cebar una burbuja que hoy dijo no observar. En este sentido refirió que el Banco de España cuenta con herramientas para prevenir y sofocar riesgos: tales como los colchones de provisiones, la posibilidad de endurecer las ponderaciones de riesgos y limitar o, incluso prohibir, determinadas exposiciones. El subgobernador negó que una mayor concentración ponga en riesgo la competencia, como demuestran sistemas como el holandés y el belga, de contadas entidades, y restó importancia a las alertas de algunos banqueros sobre préstamos a pérdidas. "Con los datos que tenemos estoy lejos de pensar que que tengamos una guerra en ciernes de crédito o pasivo", indicó apoyando su tesis en que el stock financiado aún cae, si bien deslizó que el supervisor tomaría cartas en el asunto de que declararse. En relación a la crisis en Grecia, se desmarcó de los que apoyan cualquier pacto que evite su expulsión del euro. "Hay que evitar caer en la trampa de que cualquier acuerdo sea mejor que un no acuerdo", defendió, en la creencia de que una rúbrica sin cubrir el compromiso mínimo exigido al Gobierno heleno sería "trasladar los problemas hacia adelante".