Pide involucración de la Administración para el fondo social de viviendas La balsa de liquidez en la que nada la banca y la economía amenaza con cebar nuevas burbujas y la desactivación de las facilidades que la generan por parte del BCE está lejos de ser fácil ni neutra. Es el diagnóstico en el que coincidieron ayer el presidente de la AEB, José María Roldán, y el excomisario de Competencia de Economía de la EU, Joaquín Almunia, en las jornadas de la Apie celebradas en la UIMP con el patrocinio de BBVA. Roldán avisó que se dará "al traste con esa Arcadia feliz que hemos creado artificialmente" tanto si para revertir la política ultralaxa en la que vivimos, "tremendamente adictiva" para gobiernos y mercados y perniciosa para bancos y clientes, se retira de forma brusca como si se mantiene demasiado tiempo. A su juicio, estas medidas son necesarias para reanimar la economía vía consumo e inversión y evitar una destructiva espiral deflacionista. Pero avisó que mantenerla en exceso puede cebar una burbuja de crédito que no ve en las entidades tradicionales pero sí de forma preocupante en la banca en la sombra. Según Roldán, este escenario ya deteriora los márgenes de la banca, situación que de prolongarse volverá a entorpecer la financiación. Desde el lado del consumidor, subrayó puede incentivar una demanda "espuria de productos complejos" porque cualquier propuesta que ofrezca hoy rentabilidades positivas conlleva riesgos. En relación a las propuestas antidesahucios de determinados partidos reivindicó que la banca ha refinanciado 500.000 hipotecas, el 10 por ciento del total, para ayudar a sus clientes y no desahuciarlos, y reclamó la colaboración de ayuntamientos y organizaciones sociales para identificar familias en situaciones delicadas a las que adjudicar los pisos sociales. Según Roldán, la banca siente frustración porque queden 4.500 de los 6.000 pisos cedidos sin adjudicar, aun cuando se ha abierto casi por completo el perfil de potencial beneficiado.