La incertidumbre en Grecia lastra al índice español de referencia, que retrocede un 1,4 por ciento en cinco días y encadena dos semanas en 'rojo'La alargada sombra helena acompañó al Ibex durante toda la sesión de ayer y contribuyó a que el índice se dejase un 1,40 por ciento en la jornada, para despedir la semana en los 11.062 puntos. Pero el español no fue el único selectivo que se resintió del hecho de que Alexis Tsipras, primer ministro de Grecia, solicitase al Fondo Monetario Internacional (FMI) aplazar al 30 de junio los pagos previstos para este mes (en total, unos 1.600 millones): todas las plazas europeas cerraron la semana en rojo. Entre las principales caídas, la del italiano Mib (que se dejó un 2,8 por ciento en cinco días), la del Ftse 100 británico (que perdió un 2,6 por ciento) y, por supuesto, la del ASE heleno, que se desplomó un 5 por ciento. En el caso del Ibex, que encadena dos semanas en negativo, las caídas de los últimos días abren la puerta a que la fase correctiva que está viviendo el índice -que se inició el pasado mes de abril- siga adelante, según explica Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader, la herramienta de inversión de elEconomista. "Tras las recientes pérdidas, es probable que el Ibex retroceda hasta el 10.500, un escenario que tomaría cuerpo si la bolsa europea perdiese sus mínimos de mayo". Esto último, matiza el experto, todavía no ha ocurrido. Así, roto el "escenario de fortaleza" en el que se movía el indicador español hasta ahora, Ecotrader ha reducido su exposición a renta variable hasta los 66,5 puntos y cerrado sus estrategias en Total, Eni y Enagás. En este contexto, tan sólo seis valores del selectivo español consiguieron salvar la semana: Popular, ArcelorMittal, Bankinter, Técnicas Reunidas, Santander y CaixaBank. El más castigado fue Amadeus, que se dejó cerca de un 11 por ciento tras conocerse que Lufthansa ha impuesto un cargo de 16 euros en las reservas externas de sus vuelos, lo que podría abrir la veda para que otras aerolíneas lo hagan. Se trata de su mayor descalabro semanal desde septiembre de 2011. Palabra de Mario Draghi La renta fija tampoco vivió una semana para tirar cohetes. El aviso de Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, de que los inversores tienen que acostumbrarse a la volatilidad vista en las últimas semanas fue la señal para que las ventas se apoderasen de la renta fija y, por consecuencia, subiesen las rentabilidades. En este contexto, el interés del bono español a 10 años cerró la semana en el 2,224 por ciento, 26 puntos básicos más que a principios de semana, y que supone su nivel más alto desde octubre del año pasado. La prima de riesgo española terminó en los 138 puntos tras subir 11 puntos básicos el viernes. Ni el Bund alemán se libró: su rentabilidad escaló al 0,844 por ciento, siendo su peor semana desde 1998. Por su parte, el rendimiento del papel a una década italiano marcó máximos desde noviembre en el 2,242 por ciento, mientras que el francés volvió a superar el 1 por ciento por primera vez en siete meses (concluyó la semana en el 1,164 por ciento). Al otro lado del Atlántico el nerviosismo también se dejó sentir, ya que la rentabilidad del T-Note estadounidense remontó hasta el 2,39 por ciento, desde el 2,18 por ciento de principios de semana, situándose en máximos de octubre. Por su parte, el barril de Brent, de referencia en Europa, remontaba a cierre del mercado europeo un tímido 0,13 por ciento, hasta los 62,11 dólares, tras sufrir dos sesiones seguidas de descensos ante la expectativa de que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) mantuviese sin cambios el objetivo de producción en su reunión de ayer, tal y como finalmente hizo.