Su beneficio superará los 8.000 millones este año gracias a la decisión de BrasilEl Santander impulsará de manera significativa sus resultados anuales gracias a la anulación de una multa millonaria en Brasil. El Tribunal Supremo del país suramericano ha decidido retirar las acusaciones que pesaban desde 2005 sobre la filial del banco español en relación a la Seguridad Social, lo que le permitirá liberar unas provisiones de 4.800 millones de reales (1.400 millones de euros) que había destinados para cubrir los efectos del litigio. El grupo que preside Ana Botín destinará buena parte de estas dotaciones a aumentar sus beneficios. En concreto, 835 millones de euros servirán para apuntalar las ganancias en el segundo trimestre de este ejercicio. Esta cuantía mejorará, previsiblemente, los resultados del conjunto de 2015. Los analistas, hasta ahora, preveían que el Santander iba a ganar unos 7.321 millones este ejercicio, es decir, un 26 por ciento más que en 2014. Si se suma el efecto positivo de la anulación de la sanción en Brasil, la cifra asciende a 8.156 millones, un 40 por ciento más que en el ejercicio pasado. El dinero que dedicará a la cuenta representa casi la mitad de lo que obtuvo en el primer trimestre de este año, cuando consiguió 1.717 millones, o cerca de un tercio de los 2.700 millones que cosechó en entre enero y junio de 2014. Las provisiones liberadas sobrantes, según los informado ayer por el Santander, servirán para reforzar la hucha de otras dotaciones con el fin de elevar la cobertura de determinados riesgos. Se trata de unos 565 millones de euros. Interés por la filial de HSBC El banco español está inmerso en un plan de expansión en Brasil, por lo que la retirada de la sanción refuerza su proyecto de crecimiento. De hecho, la entidad pretende hacerse con el negocio de HSBC en el mercado carioca. Ha mostrado su interés por la filial del grupo británico, que se venderá este verano previsiblemente. Según distintas fuentes, la operación todavía está en una fase preliminar, aunque el Santander habría presentado ya una oferta no vinculante para tener acceso a los libros de HSBC Brasil. En la puja también participan los grupos brasileños Itaú y Bradesco. Algunos analistas calculan en un mínimo de 3.100 millones de dólares (2.700 millones de euros, aproximadamente) la franquicia del banco británico, que cuenta con una cuota del 2,7 por ciento del sistema financiero del país latinoamericano. Brasil, a pesar de la deceleración de la economía, sigue siendo una apuesta segura de la entidad española. Durante los años de la crisis ha sido el mercado que más ha contribuido a los beneficios del banco, llegando a superar el 30 por ciento del total. En el primer trimestre de este año, la franquicia aportó 516 millones de euros. Según informó ayer el grupo, el pasado 28 de mayo, el Tribunal Supremo Federal de Brasil "denegó por unanimidad el recurso extraordinario interpuesto por el Ministerio Público Federal en relación con el Cofins -Contribución Social para la Financiación de la Seguridad Social-", "que pretendía reformar una sentencia favorable al Santander dictada por el Tribunal Regional Federal, dando así la razón al banco en un litigio mantenido desde hace diez años. En 2007, un auto judicial declaró improcedente las acusaciones sobre los impuestos sobre la Seguridad Social, pero la fiscalía pública federal decidió recurrir la sentencia ante el Tribunal Supremo del país, que ahora se ha pronunciado. La decisión, además de mejorar sustancialmente la cuenta de resultados del grupo cántabro, incrementará sus ratios de capital en 20 puntos básicos en términos fully loaded, es decir, adelantando toda la legislación que se reclama hasta 2019 a día de hoy. A cierre de marzo, este ratio se situaba en el 9,7 por ciento, por encima de las exigencias. La intención del Santander es colocar este parámetro, que refleja los recursos propios de mayor calidad para absorber pérdidas, en el en torno al 10 por ciento a finales del ejercicio. Para ello, acometió una ampliación de capital de 7.500 millones en enero, momento en el que decidió además reformular su política de dividendos para hacerla sostenible y volver a la retribución a los accionistas en efectivo de manera progresiva, anulando el pago en acciones.