L a climatología, el descenso del uso del gas en la cogeneración por parte de la industria y el menor consumo de gas en generación eléctrica de las centrales de ciclo combinado, han condicionado la demanda de gas en nuestro país en el último año. Según el Informe Anual 2014 publicado recientemente por Sedigas, la demanda total de gas se situó en España en 301.433 gigavatios/hora el pasado año, un 9,6 por ciento menos que en 2013, acumulando seis años de caída. El sector industrial continúa siendo el primer consumidor con un 65 por ciento, seguido del sector de la generación eléctrica con un 17 por ciento y del doméstico-comercial con un 16 por ciento. A pesar de esta situación, la actividad total del sistema gasista español alcanzó los 393.405 gigavatios hora, un 1,4 por ciento menos que en 2013, un descenso que, según recoge la patronal del gas en su informe, hubiera representado un aumento del 2 por ciento de no haber sido por el efecto de las altas temperaturas registradas el pasado año. En el buen comportamiento de la actividad, Sedigas señala que también ha tenido mucho que ver el crecimiento, en un 40 por ciento, de la demanda en tránsito impulsada por la recarga de buques, una actividad que ha experimentado nada menos que un aumento del 89 por ciento respecto al año anterior. La industria del gas vaticina que el sector crecerá paulatinamente en los próximos años en diferentes escenarios. En el caso del sector doméstico, el potencial de crecimiento viene marcado por la creación de nuevos puntos de suministro. En 2014 el gas natural llegó a 38 nuevos municipios, lo que suma un total de 1.638. Una cifra más que aceptable si tenemos en cuenta que el número de municipios con acceso al gas natural en el año 2.000 no llegaba al millar. Más suministros El número de puntos de suministro también se ha incrementado en 82.210, frente a los 79.635 de 2013, lo que ha permitido el acceso a este tipo de energía a casi 300.000 nuevos habitantes. A tenor de estos datos, el informe señala que el número total de puntos de suministro en nuestro país a finales de 2014 superaba los 7,5 millones. Sedigas también explica que el porcentaje de población española que vive en municipios con gas natural es del 78 por ciento, pero que solo el 30 por ciento de las viviendas cuentan con suministro de gas, lo que pone de manifiesto el elevado potencial de crecimiento del sector. A este potencial de crecimiento se suman las previsiones de recuperación de la demanda de gas en el sector doméstico en 2015, ya que se prevén unas temperaturas más acordes con la época del año. En el caso del sector terciario, las perspectivas de crecimiento se centran en los edificios de servicios, sustituyendo el uso de otras energías por gas y la implantación de cogeneraciones como medida para mejorar la eficiencia. Por lo que se refiere a la industria, el informe señala que el uso del gas como combustible en los distintos procesos productivos de muchas de ellas es fundamental para mejorar su competitividad y conseguir importantes ahorros. La cogeneración juega un papel relevante, aunque los cambios regulatorios sufridos por este sector -modificación del sistema de retribuciones, descenso de los incentivos y aumento de la fiscalidad-, van a obligar a las empresas a adaptarse al nuevo entorno. Sin embargo, concreta el informe, el crecimiento de este sector no sería posible sin una adecuada inversión. Desde el año 2.000, las compañías gasistas han invertido cerca de 15.000 millones de euros. Estas inversiones han servido para ampliar las redes de transporte y distribución. En apenas 50 años, explica el informe, se ha creado una industria muy potente, con unas infraestructuras modernas y flexibles, que representan el 0,5 por ciento del PIB español y da empleo a 150.000 personas de forma directa e indirecta, lo que ha convertido a este sector en uno de los agentes más importantes de la economía española. En 2014 se alcanzaron los 81.806 kilómetros de redes de transporte y distribución de gas en España, una cifra significativa teniendo en cuenta que, a principios del año 2.000, la longitud total de la red no llegaba a los 37.000 kilómetros. Uno de los verdaderos potenciales del gas natural se encuentra en el sector del transporte. Su uso como combustible cuenta con muy buenas perspectivas para ampliar la demanda. Aunque ya tiene un peso importante en flotas cautivas -autobuses urbanos y camiones de recogida de residuos-, el sector prevé un gran crecimiento en vehículos particulares y taxis, así como en el transporte ferroviario y en el de camiones. El hecho de contar con infraestructuras modernas y flexibles, unido a una excelente posición geográfica para el aprovisionamiento, podrían suponer para España tener un importante papel en la mejora del suministro de gas para Europa, sobre todo si tenemos en cuenta la crisis entre Rusia y Ucrania que, en 2014, ha sufrido un repunte. Los peligros que supone depender de un solo suministrador han llevado a Europa a apostar por un aumento en el número de interconexiones internacionales del sistema gasista ibérico. España cuenta con seis conexiones internacionales -dos con Francia, dos con Argelia y dos con Portugal-, que podrían aumentar si finalmente se lleva a cabo el proyecto Midcat, que conectarían Francia y España por Cataluña.