La presión política, fiscal y empresarial que lleva recibiendo Amazon en los últimos meses en suelo europeo ha comenzado a mover resortes que se presuponían imposibles. Por lo pronto, según informó ayer la edición online de The Wall Street Journal, el gigante de Internet ha registrado sus primeros ingresos por ventas minoristas en cada país europeo, en lugar de canalizar todas sus ventas a través de Luxemburgo, que tiene un esquema tributario más beneficioso. Este cambio entró en vigor el pasado 1 de mayo, según indicó un portavoz de la empresa al diario estadounidense. Los reguladores antimonopolio de la Unión Europea abrieron en octubre una investigación sobre los acuerdos entre Luxemburgo y Amazon. La nueva comisaria de Comisaria, Margrethe Vestager, se mostró la semana pasada especialmente comprometida con terminar con ese tipo de privilegios que distorsionan el mercado. Las autoridades consideraban que las ventajas fiscales concedidas por el país a la empresa estadounidense, que le permiten minimizar el pago de impuestos en Europa, podrían constituir ayudas públicas ilegales.