El Sovaldi, el comprimido milagroso para tratar la hepatitis C de Gilead, y otros derivados como el Harvoni no solo han sido los medicamentos más mediáticos de los últimos meses por el elevado precio al que se comercializan. También han sido el factor clave para elevar a Gilead al trono de las farmacéuticas. Solo hay que prestar atención a la reacción de JP Morgan tras conocer los resultados del primer trimestre de 2015 para hacerse una idea de la dimensión de estos tratamientos. "Las cuentas de los primeros tres meses del año marcaron otro impresionante trimestre financiero de Gilead por los ingresos procedentes del Sovaldi y el Harvoni (4.700 millones de dólares) y por una generación de flujo de caja operativa sin precedentes (5.700 millones)", explicaba la firma de inversión neoyorquina. La compañía duplicó su beneficio trimestral respecto al mismo período de 2014 al ganar 4.300 millones de dólares, frente a los 2.200 millones obtenidos el año anterior. Además, adelantó que espera que las ventas de sus productos en 2015 alcancen entre 28.000 millones y 29.000 millones de dólares, por encima de la estimación previa, que situaba su cifra de negocio entre los 26.000 millones y los 27.000. Estas cifras mareantes no conocen freno por el momento. En los dos próximos años, el consenso de mercado que recoge FactSet estima que los beneficios de Gilead crecerán otro 25 por ciento, lo que hace que por PER (veces que el beneficio está recogido en el precio de la acción) se presente como la farmacéutica más barata entre las mejor recomendadas del sector al cotizar a 10,4 veces. Asimismo, respecto al Nasdaq 100, esto significa que cotiza con un 50 por ciento de descuento. En los próximos años, se espera que el multiplicador de beneficios de Gilead se reduzca aún más y que en 2017 se sitúe en las 9,4 veces. Otra fortaleza destacable de Gilead es su sólida posición financiera. Las firmas de inversión esperan que cierre 2015 con una caja de 6.800 millones de dólares y que en 2016 ésta ascienda a los 13.700. La propia farmacéutica ya ha adelantado que es "un buen momento para que la compañía considere nuevas oportunidades de negocio". En el parqué, sus títulos están atacando de nuevo los máximos históricos que alcanzó el 30 de octubre de 2014 en los 114,22 dólares, para lo que cuentan con un potencial alcista del 9 por ciento hasta los 122 dólares en los que el consenso de analistas sitúa su precio objetivo. En lo que va de 2015, las acciones de Gilead ya se han revalorizado un 19 por ciento.