Advierte del trasvase de depósitos bancarios hacia productos menos segurosLa menguante remuneración de los depósitos a plazo, que se sitúa de media en un 0,54 por ciento anual, está provocando que los ahorradores traspasan su dinero a los fondos de inversión. Ahora bien, el riesgo asumido en uno y otro producto no es similar, y así lo recalca el Banco de España en su último Informe de Estabilidad Financiera, que también indica que dependerá de la composición de los activos del fondo y de su evolución. El supervisor alerta de que "una caída de las cotizaciones bursátiles, un aumento generalizado de los tipos de interés en todos los plazos, o incluso, una apreciación del euro pueden provocar pérdidas de valor a los partícipes de los fondos de inversión". Los tipos de interés que ofrecen los depósitos bancarios a plazo empezaron a caer a principios de 2013 y, poco a poco, el volumen de éstos fue bajando mientras subía el de los depósitos a la vista. Pero además, según demuestran los datos del Banco de España, el ahorro fue migrando en busca de rentabilidad hacia los fondos de inversión. Según el último Informe de Estabilidad Financiera, los datos de variación interanual de los depósitos (a la vista y a plazo) de familias y empresas no financieras tomados en febrero pasado indican una bajada del 0,5 por ciento. Si se añaden los fondos de inversión, la tendencia cambia de signo, y el volumen crece un 3,1 por ciento, lo que explica, según el supervisor, como hogares y empresas están recomponiendo su ahorro debido a los bajos tipos de interés. El año pasado, el patrimonio de los fondos de inversión aumentó en un 26,7 por ciento, lo que equivale a 41.000 millones de euros, y el principal motivo que explica el significativo aumento ha sido el incremento de las suscripciones". Pero el ahorrador, con esta búsqueda de rentabilidad, está abandonando un producto muy seguro, por lo que el Banco de España insiste en que "el trasvase de ahorros de los depósitos a los fondos, no puede considerarse como una mera sustitución de unos por otros, porque su riesgo es sustancialmente distinto". 280.000 millones en créditos Sobre el préstamo, el supervisor afirma, basándose en las informaciones específicas que ahora se piden al sector, que el crédito nuevo, excluyendo refinanciaciones, ascendió a 280.000 millones desde marzo de 2014 a enero de 2015. Dado lo reciente de la segregación de estos datos, el Banco de España advierte de que no es posible hacer comparaciones interanuales. Sin embargo, este volumen aún es insuficiente para que aumente el stock, en un contexto en el que las nuevas concesiones conviven con el desapalancamiento del sector privado. En todo caso, la contracción del saldo es cada vez menos pronunciada. El crédito al sector privado residente baja en febrero a tasas del 5,9 por ciento. El porcentaje era del 6,4 por ciento en diciembre del año pasado y del 8,3 por ciento al cierre de 2013. Por sectores, en diciembre baja el 4,8 por ciento en familias, el 4,1 por ciento si se tiene en cuenta tan sólo los préstamos para adquisición de vivienda. En empresas, el descenso es del 7 por ciento, siendo muy dispar la tasa de contracción en función del sector de actividad. Para las empresas inmobiliarias y de construcción, la bajada es del 16 por ciento, mientras para el resto de sociedades no financieras el retroceso es de sólo el 1,5 por ciento. Este porcentaje en diciembre de 2013 alcanzaba el 9 por ciento. La moderación en las caídas de las carteras crediticias de las entidades, vienen acompañadas de un porcentaje mayor de concesiones. Según los datos del supervisor, la tasa, entre clientes que acuden a una entidad con la que no tienen relación, asciende a cerca del 40 por ciento, unos niveles similares a los de 2008. Los activos morosos, por su parte, descienden en 2014 por primera vez desde que se iniciara la crisis. Lo hacen en un 12,6 por ciento, algo más de 26.000 millones y de forma generalizada entre las entidades. Las refinanciaciones también disminuyeron durante el año pasado, en un 4,5 por ciento, y suponen el 14 por ciento de la cartera crediticia total. Esta proporción varía según el segmento que se considere. Así, en empresas ligadas al sector inmobiliario o constructor se llega al 44 por ciento, mientras en familias y para adquisición de vivienda se registra el porcentaje más bajo, del 8 por ciento. En lo que se refiere al sector privado, el 51,1 por ciento de las operaciones refinanciadas o reestructuradas están en clasificadas como morosos, el 18,1 por ciento como subestándar y el 30,8 por ciento se consideran normales.