La semana ha sido de lo más movida para Deutsche Bank. El banco ha anunciado que llevará a cabo una profunda reestructuración de su negocio con la que pretende ahorrarse 3.500 millones de euros. Además, ha presentado sus cuentas del primer trimestre, con una sensible caída del beneficio neto después de haber llegado a un acuerdo con los reguladores estadounidenses para pagar una multa de 2.500 millones de dólares por haber manipulado el euribor durante años. Los expertos no han recibido bien estas últimas noticias y han deteriorado sensiblemente su consejo, que ha pasado de ser un mantener a un vender. Sus títulos han cedido más de un 10 por ciento desde la presentación de resultados.