Andreas Schleef será sustituido por Erich Schmittmadrid. El presidente del fabricante automovilístico español Seat comunicó ayer al Consejo de Administración que no va a seguir gobernando este barco y que dejará el puesto el próximo 30 de septiembre, lo que coincide con su 63 cumpleaños.Schleef, que abandona el cargo por supuestos problemas de salud, tomó los mandos de Seat en marzo de 2002, cuando el anterior patrón, Bernd Pischetsrieder, fue llamado a Wolfsburg (Alemania) para dirigir el rumbo del Grupo Volkswagen, al que pertenece el fabricante español.El directivo, que compagina la presidencia con la condición de miembro del Comité Ejecutivo de Audi AG, también dejará este segundo puesto, aunque mantendrá su relación con el grupo automovilístico Audi bajo el puesto de Apoderado General, responsable de proyectos regionales y locales, tal como informa Seat.Un ingeniero al frenteEn lugar de Schleef entra otro hombre de la casa Audi, Erich Schmitt, actual miembro del Comité Ejecutivo de Audi AG como responsable del área de Compras, que tomará el cargo el próximo uno de octubre.Este ingeniero alemán cuenta con una amplia experiencia enel sector de automoción, gracias sobre todo a los 23 años que pasó trabajando para Opel y General Motors, antes de entrar en Audi en el año 1992.Schmitt estuvo siempre dedicado al área de compras, y desde 1997 compagina su actividad con la responsabilidad de las operaciones de Volkswagen en China.El reto de corregir el rumboSchmitt se encuentra con una Seat que no atraviesa su mejor momento. En la última presentación de resultados financieros del Grupo Volkswagen y de Audi AG, la directiva no ha dejado de quejarse de la evolución de Seat, que lastra las cuentas del grupo ya que el año pasado perdió 65 millones de euros.Por ello, del legado de Schleef destaca en lo positivo la nueva estrategia de producto de la casa, que pasa por la producción de un n uevo modelo y la presunta ampliación de la capacidad de producción de la planta de Martorell.Por contra, la compañía está en medio del proceso de readmisión de 400 empleados de los 946 que fueron despedidos el año pasado. Además, Schmitt debe corregir un rumbo que de momento sigue sin gustar al presidente del Grupo Volkswagen, Bernd Pischetsrieder, ni al consejo.