Los ministros de Economía y Política Comunitaria apuestan por la negociaciónBarcelona. Abertis y Autostrade conservan aún muchas posibilidades de que su fusión pueda ejecutarse. El gobierno italiano ha flexibilizado su posición y ha abierto la puerta para permitir la presencia de la constructora ACS en el capital de la sociedad fusionada. La participación de la empresa de Florentino Pérez en el proyecto era hasta ahora el argumento utilizado por el ministro de Infraestructuras Italiano, Antonio di Pietro, para vetar la operación.El gobierno de Romano Prodi tenía previsto reunirse ayer por la mañana para afrontar el tema y dar una respuesta a la solicitud de información realizada por el comisario de comercio interior de la Unión Europea, Charlie McCreevy. Sin embargo, el encuentro se adelantó a la noche del miércoles ya que la respuesta debe estar en Bruselas hoy mismo.A la reunión asistieron, además de Prodi y Di Pietro, los ministros italianos de Economía, Tommaso Padoa-Schioppa, el de Desarrollo Económico, Pierluigi Bersani, y la de Política Comunitaria, Emma Bonino. Esta ministra es la más proclive a la operación y ya manifestó que era posible que la "concesión de Autostrade estuviese un poco obsoleta" y que su objetivo era "respetar la normativa europea y demostrar que no somos un país proteccionista".Un obstáculo salvableAunque todavía se desconoce la respuesta de Italia a Bruselas, es probable que el ejecutivo de Prodi opte por levantar el veto a ACS mediante la aprobación de un simple decreto ministerial que autorice la presencia de una constructora en el capital de Autostrade. De hecho, otras concesionarias de autopistas italianas ya tienen en su capital grupos constructores. Sin embargo, la concesión de Autostrade data de 1992 y entonces se quería evitar que las constructoras optaran a la concesión con el único objetivo de incrementar sus cartera proyectos. Según Abertis, esta prohibición sólo fue aplicable durante un periodo inicial de 36 meses, un argumento que no evitó el veto de Di Pietro a la fusión de la empresa española con Autostrade.Hasta que no se haga pública la respuesta de Italia a Bruselas, no se sabrá si Di Pietro ha cedido a la presión de sus compañeros de gobierno. El ministro de Infraestructuras se ha mostrado firme en su decisión de vetar la operación ya que quiere aclarar la gestión de Autostrade durante los últimos años.Esta compañía, controlada por la familia Benetton, ha logrado beneficios equivalentes a la mitad de su facturación mientras acumulaba retrasos de más de 5.000 millones de euros en las inversiones en infraestructuras previstas a cambio de la concesión. Además , Di Pietro, ex juez, descubrió en junio un agujero de 3.200 millones en la Agencia nacional de Autopistas.Reunión en BarcelonaPor otro lado, ayer se reunieron en Barcelona los principales accionistas de Abertis y Autostrade: La Caixa, ACS y la familia Benetton. Según confirmaron fuentes de Abertis, en el encuentro estuvo presente el consejero delgado de la compañía, Salvador Alemany. También se esperaba la presencia del director general de La Caixa, Isidre Fainé y del presidente del grupo ACS, Florentino Pérez. Por parte italiana se esperaba la presencia de Gilberto Benetton, Gianni Mion, Giuseppe Piaggio, Gian Maria Gros Pietro e Giovanni Castellucci.Esta reunión, previa al Consejo de Administración de Autostrade que se celebra hoy en Roma, tenía como objetivo continuar analizando la situación en que se encuentra la fusión y definir los escenarios que se pueden presentar en los próximos meses. Abertis y Autostrade siguen trabajando para que la integración de ambas compañías sea efectiva antes de fin de año, tal y como está establecido en el calendario pactado en abril. La integración de Abertis y Autostrade generará el primer grupo del mundo en concesiones de infraestructuras. Los máximos accionistas serán el grupo Benetton, a través de la sociedad Schemaventotto, con un 24,9% de su capital social; por delante de ACS, con un 12,5%; de La Caixa (11,7%), de Caixa de Catalunya (2,9%) y de un grupo de cajas de ahorro españolas que, conjuntamente, sumarán un 2,8%. El 44,6% está en manos de minoritarios.