El emotivo acto de entrega del Toisón de Oro a Adolfo Suárez ha dado paso a la mudanza a Palma de Mallorca, donde además de regatear, el Rey se seguirá ocupando de los asuntos de Estado. Carmen Enríquez Alos Reyes les va a parecer mentira. Por fin, está previsto, hoy sábado, que Don Juan Carlos y Doña Sofía viajen a Palma de Mallorca para iniciar sus vacaciones en su residencia veraniega de Marivent. Lo hacen con los deberes hechos y sobre todo con uno que nos les habrá costado hacer a ninguno de los dos. Se trata, claro está, de la entrega del Toisón de Oro a Adolfo Suárez, antiguo presidente del Gobierno español. Le fue concedido hace un año a Suárez pero Don Juan Carlos quería entregárselo personalmente, para lo cual ha debido esperar a que su familia considerara que su estado de salud le permitía vivir un momento de tanta emoción sin que eso alterara su estado de ánimo, deteriorado por la enfermedad degenerativa que sufre. Los medios recogieron la foto que da testimonio del cariño y el agradecimiento del Rey por el hombre que le apoyó sin fisuras en su camino de la dictadura a la democracia. Se inicia así un período de descanso que previsiblemente se prolongará hasta los primeros días de septiembre. Pero los Reyes no estarán solos en su residencia veraniega. Como cada año, un centenar de personas se desplaza con ellos a la isla balear para montar el dispositivo de apoyo en época de vacaciones. Porque a pesar de que el Rey se toma ese mes largo de descanso, necesario para recargar las pilas, no deja de lado su labor de despacho que le mantiene en contacto con todo lo que pasa de importancia en el país. Los responsables de los distintos departamentos de la Casa del Rey, Manuel Barrós, de Seguridad, Juan González Cebrián, de Prensa, Isaías Peral, de Intendencia, Domingo Palomo, de Servicios Generales, así como los nueve Ayudantes de Campo del Cuarto Militar y los doctores del Servicio Médico que se turnan, se desplazan a Palma de Mallorca para atender las necesidades de los Reyes, los Príncipes y las Infantas. La principal actividad de ocio en la que se vuelcan todos los integrantes de la familia es la vela. La bahía de Palma, con el embat o viento que sopla a partir del mediodía, es el escenario perfecto para las regatas. El Rey participa a bordo del Bribón, un velero cuyo armador es José Cusí, amigo personal desde hace años. Y el Príncipe, a la caña del CAM, una embarcación que comparte con su amigo y campeón olímpico Fernando León. Tanto al Rey como a su hijo lo que les apasiona es competir. Y cuando digo competir, es realmente rivalizar entre padre e hijo para obtener el primer puesto de la clasificación, algo que han conseguido los dos alternativamente en los últimos años. Este año, las cosas se han complicado para Don Felipe y sus compañeros del CAM, porque el velero se hundió en 20 minutos hace una semana en aguas valencianas, al reventar la proa por una sobretensión en el stay. El Príncipe no había podido participar en la prueba y tan sólo pudo solidarizarse con el resto de la tripulación al acudir a Valencia con la Reina para entregar los trofeos. La primera de las competiciones es la regata Breitling, patrocinada por esa marca de relojes, que empieza el próximo lunes y se prolongará hasta el sábado. Es una prueba de la Med Cup que ha tomado gran auge en los últimos años y que ha pasado de durar dos días a prolongarse durante una semana. La segunda prueba es la Copa del Rey, que este año llega a su vigésimo séptima edición, que empieza el 27 de julio y terminará el 3 de agosto. En esta regata se supone que participarán tanto el Rey como el Príncipe aunque éste último tendrá que hacerlo en otro velero de una categoría inferior a la que tenía el barco hundido. Despachos con Zapatero El Rey alterna y compagina todo el tiempo la tarea a la caña de su velero con la dirección del timón del Estado. Durante su estancia en Mallorca, celebrará dos despachos con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en el Palacio de Marivent, la primera previsiblemente en los primeros días de agosto, una vez terminada la regata, y la segunda en los últimos días del mismo mes. Además, cada mañana don Juan Carlos acude a su despacho, situado en la planta baja del Palacio de Marivent, para atender los asuntos concernientes a su papel de monarca. Y permanece en contacto permanente con el Jefe del Ejecutivo, cuya oficina proporciona al Rey información permanente de lo que ocurre en el Gobierno y en el país además de cualquier tipo de acontecimiento que precise la intervención directa de Don Juan Carlos. A los Príncipes, este año, les toca quedarse un poco más de tiempo en Madrid, donde les esperan unos cuantos actos oficiales más en la semana previa al éxodo vacacional de agosto.