Íñigo Meirás advierte de que las últimas sentencias judiciales hacen "cada vez más difícil" alcanzar una soluciónEl conflicto que libran el Ministerio de Fomento, la banca acreedora y las concesionarias de las nueve autopistas que están en concurso de acreedores cada vez tiene peor cara. Así al menos lo creen desde Ferrovial, una de las empresas implicadas en el entuerto -participa en la R4 (Madrid-Ocaña) y la AP36 (Ocaña-La Roda)-. Su consejero delegado, Íñigo Meirás, alertó ayer de que las últimas decisiones judiciales, que desestiman los recursos presentados por las concesionarias, condenan a las infraestructuras a su liquidación. La última sentencia del Tribunal Supremo considera que la falta de tráfico no es "un riesgo imprevisible" que lleve a modificar los contratos de concesión de autopistas de peaje. Desechaba así el recurso de la sociedad Accesos de Madrid, SA (AMSA), participada por Abertis, Sacyr y ACS, que pedía al Gobierno la revisión del contrato de la R3 (Madrid-Arganda), la R-5 (Madrid-Navalcarnero) y un tramo de la M-50. El directivo afirmó ayer durante la junta general de accionistas de Ferrovial que mientras Fomento y la banca prosiguen con las negociaciones, en las que las concesionarias no están presentes, las autopistas "se están deteriorando". No en vano, la R4 es la única autopista del grupo de infraestructuras y servicios que pierde tráfico en la actualidad. La compañía sigue, en cualquier caso, "abierta a una solución" que en este momento pasa por el acuerdo entre la banca y el departamento que dirige Ana Partor. Por su parte, el presidente de Ferrovial, Rafael del Pino, subrayó la la capacidad caja, con 4.054 millones de euros, para "aprovechar las oportunidades" que se presenten en el mercado, estratégicas y no necesariamente de un gran tamaño.