El grupo francés llega a un acuerdo con Bertelsmann para comprar la editora musical por 1.630 millones de eurosParís. El grupo francés Vivendi y su filial, al cien por ciento, Universal Music Group (UMG) anunciaron ayer un acuerdo firme con el alemán Bertelsmann para comprarle BMG Music Publishing por 1.630 millones de euros. La operación hará de UMG el líder mundial de la edición musical, una actividad que consiste en administrar los derechos de los títulos y es más rentable que la producción de discos, en la que UMG es ya número uno. BMG Music Publishing es número tres mundial de la edición musical y realizó el año pasado un volumen de negocio de 371 millones de euros, lo que corresponde a un 2 por ciento de la facturación de Bertelsmann. Su catálogo abarca los derechos de edición de más de un millón de títulos de artistas contemporáneos como Coldplay, Britney Spears, Justin Timberlake, Maroon-5 y Christina Aguilera, pero también de The Scorpions, Barry Manilow y Gilbert Bécaud, así como de compositores clásicos como Puccini y Ravel. La UE debe dar el visto buenoBertelsmann puso en venta BMG en mayo pasado para poder financiar los 4.500 millones de euros de la compra del 25 por ciento de su capital en manos del financiero Albert Frère a través del Grupo Bruxelles Lambert (GBL). Vivendi ha triunfado sobre otros pretendientes de BMG como Viacom y Warner Music. La rama capital riesgo de Goldman Sachs y el fondo de Chicago GTCR también estaban interesados en el editor musical. Los editores de música se han convertido en un codiciado negocio dado que están protegidos en parte del pirateo que desestabiliza a las casas de discos. Sus ingresos proceden de la venta y de la descarga de Internet así como de los derechos percibidos cada vez que un título de su catálogo se interpreta en concierto o se utiliza en un programa, una película o un anuncio. La adquisición de BMG ha sido aprobada ya por el directorio y el consejo de vigilancia de Vivendi y tendrá que contar también con el visto bueno de las autoridades europeas y norteamericanas de la competencia. De todos los pretendientes, el grupo francés está considerado como el menos susceptible de encontrar problemas en este terreno, pero sobre la operación planea la sombra de la fusión de las casas de discos Sony Music y BMG Recorded Music, aprobada por Bruselas en 2004 y anulada en julio pasado por el Tribunal de la UE.