El fabricante ha tenido que cambiar sus planes de producción para este año madrid. Quién iba a pensar que superar los objetivos en la demanda de un determinado modelo podría suponer un verdadero dolor de cabeza para una marca de gran envergadura como Toyota. La semana pasada el fabricante anunciaba un cambio de planes en la producción en la futura planta de Mississippi, donde estaba prevista la fabricación del todoterreno Highlander, y en una de las dos líneas de montaje de la planta de Indiana, donde se ensambla el pick up Tundra y el 4x4 Sequoia. En este caso, la razón no ha sido simplemente una caída en la demanda de modelos de gran envergadura y, por consiguiente, de elevado consumo, sino un aumento en la demanda del modelo híbrido Prius hasta cotas insospechadas. Durante el primer semestre, las ventas de Toyota en Estados Unidos han caído un 6 por ciento debido al descenso del 12,5 por ciento de los todoterreno. Una vez más, el precio del barril del petróleo dirige los comportamientos del consumidor que ahora se decanta, ante la falta de alternativas convincentes, por un vehículo que en realidad ya lleva implantado en el mercado más de una década. Atasco en la fábrica El problema con el que se encuentra la japonesa en Estados Unidos es que no es capaz de hacer frente a la creciente demanda del Prius con el actual esquema de producción. La escasez de suministro de baterías de la marca Panasonic, empresa con la que trabaja Toyota mano a mano desde que nació el proyecto de un modelo que mezclase el combustible tradicional con la energía eléctrica, les está haciendo pensar en la posibilidad de firmar acuerdos con otras empresas para aumentar la producción de baterías. De hecho, tal y como aparece en una información recogida en el Financial Times, Panasonic EV Energy está aumentando su capacidad en la planta de Shizuoka para producir 800.000 baterías a partir de 2009. Incluso, se están planteando abrir una nueva planta en Miyagi, al norte de Japón, para poder producir más de un millón de baterías a comienzos de 2010. La demanda del Prius en Estados Unidos ha crecido tanto que los clientes tienen que esperar una media de entre seis semanas y cuatro meses para que les entreguen el coche, algo a lo que el cliente norteamericano no está acostumbrado. El hecho de no poder hacer frente en la actualidad a esta creciente demanda, que previsiblemente se extenderá por el Viejo Continente, deja las puertas abiertas a los competidores más directos de Toyota, como Honda, General Motors o Ford que, si bien es cierto que hoy por hoy no disponen de una oferta lo suficientemente fuerte como para hacerle frente en el terreno de los híbridos, pueden encontrarse con una puerta abierta para las ventas a corto plazo.