Los consejeros Fernando Torremocha y Benigno Valdés han emitido dos votos particulares muy críticos en contra de la decisión del organismo regulador de sancionar a cinco compañías petroleras, justo los mismos consejeros que se abstuvieron en el proceso de recusación del presidente de la CNMC, José María Marín, por enemistad manifiesta. En la explicación de su decisión, ambos consejeros coinciden al asegurar que se trata de actuaciones inconexas que no afectan al mercado nacional en su conjunto y considera que la competencia recae en las comunidades autónomas. Además, fuentes consultadas aseguran que la CNMC utiliza Repsol SA para que la multa a imponer sea más elevada. Torremocha hace referencia en su explicación a una sentencia del 29 de enero de 2015 del Tribunal Supremo en la que se declara la ilegalidad de las comunicación de sanciones que ha venido aplicando la Sala de Competencia de la CNMCV. En dicha sentencia se insta a imponer multas proporcionadas. Para Valdés la Comisión no debe exigir al imputado que justifique la prueba en el resultado de la resolución sancionadora. Añadió que "Por el contrario, no se le puede exigir que justifique que la prueba a solicitar va a determinar con certeza la absolución puesto que tal circunstancia es una prueba diabólica imposible de llevar a cabo". Valdes añade que la información no va más allá de lo que los contratos exigen y que de ningun modo tiene por objeto desvirtuar el funcionamiento competitivo del mercado. Ambos consejeros abandonaron la ponencia del expediente. Repsol y Cepsa anunciaron que recurrirán la multa al considerar la primera que se trata de una medida "injusta, desproporcionada e ilegal". Además ambas pedirán la suspensión cautelar de la decisión ante la Audiencia Nacional.