Aer Lingus, la aerolínea de bandera irlandesa, presentó ayer sus resultados del ejercicio 2014, en el que registró pérdidas netas de 96 millones de euros debido a provisiones extraordinarias por 190 millones para la puesta en marcha de un nuevo plan de pensiones. En 2013 ganó 34,1 millones. La cifra de negocio creció el 9,2 por ciento hasta 1.600 millones, y el beneficio operativo alcanzó los 72 millones, un 17,8 por ciento más. La aerolínea de bandera irlandesa, en la que el Gobierno tiene un 25 por ciento del capital, está en el punto de mira de IAG -el dueño de Iberia y British Airways-. El grupo lanzó el pasado año una oferta de compra de 1.400 millones, y tanto el consejero delegado saliente, Christoph Mueller, como el entrante, Steven Kavanagh, pidieron ayer al Ejecutivo que apoye la oferta de compra de IAG. Kavanagh precisó que la integración podría suponer la pérdida de menos de 200 empleos, frente a los 1.200 apuntados por los sindicatos. El Ejecutivo, a través de su ministro de Transporte, Paschal Donohoe, apuntó ayer justo al empleo como uno de los puntos clave para respaldar la oferta de IAG.