Tras casi dos años paralizada, la compañía Antibióticos de León, controlada por el fondo de inversión internacional Black Toro Capital (BTC), reinicia su actividad con el objetivo de comercializar los primeros pedidos para el mercado europeo en el plazo de un mes. El presidente y el director general de la compañía, Rafael Beaus y Juan Molins, expusieron ayer a los consejeros de Economía y de Fomento de Castilla y León, Tomás Villanueva y Antonio Silván, la marcha del plan industrial, que avanza a un ritmo superior al inicialmente previsto por Black Toro cuando compró la planta leonesa. Hasta ahora, se ha desembolsado ya 14 millones de euros, un 40 por ciento de la inversión total comprometida. Antibióticos de León se centrará en la producción de derivados estériles de penicilánicos que sirven de base para la elaboración de medicamentos inyectables y tras un proceso de un mes, distribuirá los primeros productos en el mercado europeo, en el quiere ser líder. Ya se han incorporado 125 trabajadores frente a los 120 empleos acordados en un principio con los sindicatos. Las previsiones son alcanzar los 250 en dos años.