santander. El gigante español Telefónica y el regulador volvieron a verse ayer las caras en público. El presidente de Telefónica, César Alierta, se traía una estrategia basada en tirar de la cuerda, en su caso la red, hasta obligar a los competidores a soltarla. Alierta pide desregulación. Pero en el otro extremo no sólo tiran el resto de operadores. Reinaldo Rodríguez, presidente de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones, se ha colocado al frente del grupo, justo al lado del nudo que decide quién gana el combate. Y ayer le pidió a Telefónica que, para que el juego sea limpio, no sólo tiene que soltar parte de la red que tiene enrollada a sus pies y permitir así que frente a él tiren un mayor número de compañías de telefonía fija. Ahora le toca soltar también red móvil, porque de lo contrario no se le permitirá unificar en una sola oferta ambos servicios. Alierta explicó ayer que actualmente la banda ancha y las ofertas 'empaquetadas' suponen el 45 por ciento de los ingresos de su compañía y que para el año 2009 quiere que sea el 85 por ciento. Pero para ello tendrá que aceptar una condición básica: que las compañías que compiten con ella puedan utilizar su red. La fija ya la alquila. Ahora falta la red móvil.