La retribución del presidente del banco se elevó un 5,32%, hasta 5,44 millones El bonus del presidente de BBVA Francisco González y de su consejero delegado, Angel Cano, dependerá este año del grado de satisfacción de los clientes junto a otros parámetros de negocio. Se anticipa así al Santander, cuya presidenta Ana Botín desveló recientemente su deseo de extender al grupo cántabro una práctica que ya aplica la franquicia británica que dirigía hasta el pasado mes de septiembre. La idea de vincular retribución al contento del cliente entronca con el desafío de la banca de desembarazarse del desprestigio que sufre a raíz de los rescate millonarios a cargo de contribuyente, la mala comercialización de las preferentes y las investigaciones judiciales por los manejos en antiguas cajas. Pero sobre todo responde a la ambición de actuaciones comerciales que ayuden a vincular al usuario para mejorar, con su fidelización, el negocio y aumentar la rentabilidad. La complacencia del cliente pesará un 10 por ciento en el indicador diseñado para evaluar si procede y en qué montante abonar renta variable a la cúpula. Entra por vez primera en su receta en detrimento de prioridades de capital y gestión de riesgo. No en vano, el objetivo de la entidad en Beneficio Económico Añadido (BEA), métrica que considera el valor del riesgo asumido y el coste de capital en relación con los resultados, ha pasado de condicionar el pago de la retribución variable del presidente y consejero delegado en un 50 por ciento en 2014, a ser ahora solo el 30 por ciento. Su predominancia respondió a que la prioridad era superar, con nota, los exámenes de solvencia del Banco Central Europeo (BCE) -BBVA logró un capital bajo reglas de 2019 o fully loaded del 10,40 por ciento-. Un tercio del análisis sigue dependiendo de la capacidad de generación de beneficios y el resto de la eficiencia y absorción de pérdidas. El plan figura en la información difundida por la entidad al convocar la junta para el 13 de marzo y forma parte de la política retributiva que se someterá a aprobación de los accionistas. Sueldo fijo congelado La entidad devengó 5,44 millones de euros en favor de Francisco González, montante un 5,32 por ciento superior al ejercicio previo por los derechos en bonus -una parte efectivo en ese ejercicio y el resto diferido en tres años, como el resto de percepciones variables del grupo para consejeros ejecutivos-. No en vano, su sueldo fijo permaneció en los 3,77 millones que lleva congelado desde hace cuatro años y que mantendrá invariable este año. Los emolumentos en favor del número dos ascendieron a 3,89 millones -incluidos los derechos de entrega de acciones o pago en efectivo de bonus diferidos-, lo que implica una subida del 3,81 por ciento. Y la cifra roza los 6,52 millones de euros si se incluyen los 2,624 millones aportados de cara a su futura jubilación para constituir un fondo que ya acumula 26 millones. La entidad devengó otros 1,15 millones para el ejecutivo José Manuel González Páramo, exconsejero del BCE fichado en la primavera de 2013. Este importe excede en un 75 por ciento los 660.000 euros del ejercicio previo, de su incorporación, y engordaría hasta 1,41 millones al sumar la aportación de la entidad para complementar su pensión en su retiro laboral.