Banco Portugués de Inversión (BPI), participado por Caixabank, perdió 161,6 millones de euros en el 2014 frente a los beneficios de 66,8 millones del 2013, debido a los resultados de su actividad en Portugal. La entidad lusa, que puja porla compra del antiguo BES, señaló que los resultados de la actividad doméstica tuvieron un impacto negativo de 287,7 millones de euros. Entre los elementos que penalizaron sus cuentas, el banco incluye la venta de deuda pública a medio y largo plazo de Portugal e Italia, los intereses pagados por bonos contingentes convertibles (conocidos como cocos), las jubilaciones anticipadas y la anulación de impuestos diferidos. Sin embargo, la actividad internacional contribuyó de forma positiva a los resultados del banco, ya que generó unos beneficios de 126,1 millones, un 32,5 por ciento más que en 2013.