No podrá empezar a comprar bonos griegos hasta junio por una cuestión técnicaUna de las grandes dudas que tenían los analistas y los expertos de cara a la reunión de ayer del Banco Central Europeo (BCE) era si la entidad compraría también bonos basura, esto es, deuda de los países con una peor situación crediticia. La revista alemana Der Spiegel filtró la semana pasada que dejaría fuera a Grecia, por lo que la incertidumbre al respecto era máxima. El presidente de la entidad, Mario Draghi, resolvió ayer esta duda de un plumazo: sí, todos los países están incluidos en este programa. Al inicio del año ya había explicado que la entidad gobierna para los 19 países del euro. Sin embargo, para todos estos países que tengan un rating inferior al grado de inversión y que, además, estén dentro de un programa de rescate (Grecia y Chipre) tendrán unas "condiciones especiales", como explicó el banquero central italiano. Las compras de sus bonos estarán condicionadas a que los países cumplan diversos objetivos fiscales, unos requisitos que ya se pusieron en marcha con el programa de compra de cédulas hipotecarias. El único inconveniente con Grecia es que no podrá empezar las compras hasta junio. Aparentemente, esta decisión no tiene nada que ver con las elecciones generales que celebrará el país el próximo domingo, sino con un criterio técnico. Para evitar monopolizar ningún mercado, el BCE se puso un límite: comprar como máximo el 33 por ciento de los bonos de un emisor, ni un euro más. El problema con Grecia es que el BCE ya tiene muchos bonos del país en su balance, tantos que tiene este cupo completo, por lo que no puede comprar más. Además, como el país no puede emitir deuda en mercado porque no existe demanda para su deuda (a precios asumibles), no aumentará su saldo vivo de deuda y, por lo tanto, este porcentaje no se reducirá. La única solución posible es que la deuda de Grecia que tiene el Banco Central Europeo en su balance empiece a vencer y que estas amortizaciones liberen una parte del cupo. Ese momento llegará en junio, sólo entonces podrá volver a comprar bonos helenos. Esta decisión técnica permitirá al BCE (y a sus socios europeos) comprobar cuáles son las decisiones del nuevo gobierno que salga el domingo de las urnas, antes de empezar a comprar más deuda griega. El mercado celebró la noticia con una fuerte caída de la rentabilidad exigida a su bono, lo que también sirvió para estrechar su prima de riesgo. El retorno del título a 10 años cayó por debajo del 9 por ciento ( hace solo dos semanas marcó máximos desde julio de 2013 en el 11 por ciento). El BCE explicó que el riesgo compartido por todos los miembros de la deuda griega será solo del 8 por ciento, pero esta cifra tiene trampa, ya que, como las operaciones se realizan a través del sistema Target2, el activo pendiente de cobro estará en sus socios europeos.