Samsung Electronics inició ayer el lanzamiento de sus modelos Galaxy A3 y Galaxy A5, los dos primeros miembros de la familia A con los que el fabricante surcoreano pretende competir con las ofertas de precio medio de los fabricantes chinos y, al mismo tiempo, seducir al público joven que forman la denominada "generación conectada". Ambos equipos disponen de funcionalidades propias de dispositivos de alta gama, carcasa de metal, conectividad 4G, diseño moderno y cámaras frontales de 5 megapíxeles, idóneas para realizar selfies gracias a su sistema de enfoque automático. Tanto el Galaxy A5, de 5 pulgadas, como el Galaxy A3, de 4,5 pulgadas, se pusieron ayer a la venta con unos precios de 399 y 299 euros, respectivamente. Ambos incluyen pantalla Súper Amoled, procesador de cuatro núcleos de 1,2 GHz, y prestaciones propias de los hermanos mayores de Samsung, como el modo ultra ahorro de batería y la multipantalla. Celestino García, vicepresidente de Samsung España, explicó que la ofensiva no se limita a dos nuevos smartphones sino que la iniciativa tendrá continuidad.