madrid. Me voy a un locutorio y marco el número de teléfono de casa de mi amiga Sofía, que vive en Bruselas. Llevo poco más de un euro en el bolsillo y, según mis cálculos, podré hablar unos 15 minutos. El locutorio no huele especialmente bien y la cabina es pequeña e incómoda. Pago 10 céntimos de euro por cada minuto.Esa misma llamada con Skype me hubiera costado 0,017 euros (1,7 cénti mos de euro) por minuto. Con la ventaja de que habría llamado desde mi casa, usando mi ordenador o un teléfono especial con Skype integrado. Y si Sofía también tuviese instalado Skype, me habría salido gratis.Skype es un programa informático que ha revolucionado el mundo de la telefonía, tanto por sus increíbles tarifas como por la infraestructura que utiliza. El usuario puede descargarlo gratuitamente desde la página web de la empresa (www.skype.es) y llamar al número que desee. Lo único que se necesita es una conexión a Internet de banda ancha (ADSL). Llamar de Skype a Skype, como se ha mencionado, es gratis, y llamar a fijos de otros países es mucho más barato que si lo hiciésemos desde casa. Llamar a un móvil sale más caro, 0,22 euros el minuto.La red son los usuarios ¿Por qué puede permitirse Skype esas tarifas? Porque no se gasta ni un duro en infraestructura, como hacen las operadoras de telefonía. No necesita cables ni antenas ni, por lo tanto, tiene que gastar dinero en su mantenimiento. Su red la forman los ordenadores de los usuarios, que son unos 100 millones repartidos por todo el mundo. En España, son 2,6 millones.Este tipo de comunicación es lo que se denomina Peer to Peer (que significa de punto a punto), más conocido como P2P por su pronunciación en inglés. La voz, los mensajes que escribimos cuando chateamos, los archivos, no se transmiten a través de un cable, sino a través de Internet. Recorren los ordenadores de una parte de los usuarios conectados a Skype en un viaje inteligente, lo más corto posible, hasta llegar al ordenador final. Ello no afecta al rendimiento de las máquinas, según explican desde la empresa.Skype ha crecido casi a la misma velocidad a la que la voz circula por su red. La empresa, que tiene sus sedes principales en Londres y en Luxemburgo, acaba de cumplir tres años. En octubre de 2005, eBay, la casa de subastas por Internet, la compraba por 2.028 millones de euros. El negocio en torno al revolucionario programa ha generado un buen número de complementos (auriculares, cámaras) que fabrican sus socios HP, Logitech, Philips, Sony y un buen número más de marcas muy conocidas. El pasado jueves, la compañía anunciaba el lanzamiento de los primeros teléfonos inalámbricos para Skype: un modelo de Philips y otro de Netgear. No necesitan estar conectados a un ordenador; la conexión a Internet de banda ancha está en la base en la que se apoyan, que conecta con la toma telefónica. Permiten llamar a fijos y móviles, como cualquier inalámbrico, pero también llamar a usuarios de Skype.Compartir archivosLos fundadores de Skype son los mismos hombres que crearon Kazaa, un programa para descargar música y películas: los suecos Niklas Zennström y Janus Friis. Kazaa, presentado en 2001, utiliza la misma tecnología P2P y es la aplicación más descargada de la historia. Según Alberto Lorente, el responsable de Skype en España, al principio "se sorprendieron al ver cómo una aplicación puede extenderse de forma viral si es fácil de usar e instalar". En un sistema P2P, el usuario depende de otras personas que puedan compartir con él sus ficheros de música y vídeos, por ejemplo. En palabras de Lorente, esto es lo que pensaron Zennström y Friis: "Con Kazaa hemos roto moldes a nivel mundial. Ahora, con esta plataforma de P2P, veamos qué otras cosas se pueden compartir. ¿Y si compartimos la comunicación, la voz? Al fin y al cabo son paquetes de datos ¿por qué no?".La característica fundamental de este tipo de red es que el poder lo tiene el usuario. No se desarrolló una fuerte campaña de publicidad para anunciar la llegada de Skype; la campaña la hicieron los usuarios, con el boca a boca. Ellos son también los que ponen el contenido (los datos o la voz que quieran transmitir) y la red, a través de sus ordenadores. El modelo de comunidad triunfa en Internet.El gancho de Skype, aparte de las llamadas gratis cuando ambos interlocutores tienen instalado el programa, son sus tarifas para llamar al extranjero: casi todas las llamadas a fijos cuestan 0,017 euros por minuto. Unas cinco veces más barato que cualquier oferta de un operador. Las llamadas a fijos de España tienen el mismo coste.Pero no podía ser perfecto. El sonido de Skype a veces ha fallado, sobre todo cuando se llama a un número que no es Skype. Eco y algo de retardo son dos de los inconvenientes más frecuentes. El sonido es mucho mejor cuando se habla de Skype a Skype. Desde la empresa aseguran que todos esos problemas ya están solucionados.¿De dónde sale el dinero?Los servicios más utilizados de Skype son gratis y en su web no hay publicidad. ¿De dónde sale el dinero de esta empresa, que facturó 48 millones de euros en 2005 y prevé facturar 160 millones en 2006? De los servicios de pago. Se ha hecho muy popular uno de ellos que permite que, si a un cliente lo llaman a su número de Skype pero está desconectado, la llamada se redirija a su móvil. También hay servicios de traducción y de información sobre clima y tráfico, entre otros.Lorente afirma que la telefonía se está transformando y que en unos años todas las llamadas serán gratis. El próximo paso de Skype son las llamadas gratuitas a teléfonos fijos nacionales. Skype ya ha puesto en marcha esta oferta en EEUU, va a hacerlo en Francia de forma "inminente", y en España más adelante. Muchos españoles ya hablan gratis con fijos de todo el país gracias a las ofertas de ADSL de las operadoras, que incluyen esas llamadas. No se trata de competir con ellas. "Skype y las operadoras son buenos amigos", dice Lorente: "Mucha gente contrata ADSL para hablar con Skype".