Moscú ha cerrado ventas de armas por 17.000 millones de dólares y amenaza la hegemonía americanaCorren malos tiempos para el Pentágono en el mercado mundial de armas. Poco a poco, Rusia le va comiendo terreno a los estadounidenses. La prueba más evidente es que ya ha comenzado las negociaciones para fabricar casi en el umbral de la casa del Tío Sam, concretamente en Venezuela, el famoso fusil ametralladora Akm, más conocido como kalashnikov. Pero lo que más daño hará a la primera potencia económica mundial será la expansión de las exportaciones hacia otros países de Latinoamérica, Oriente Medio, África e incluso Asia.El contrato para la fabricación de armas rusas en América Latina se firmó a finales de julio en Moscú, durante la visita del presidente venezolano Hugo Chávez al Kremlin. El acuerdo prevé la construcción en Venezuela de una fábrica de ametralladoras AK103, con licencia de la Oficina de Izhevsk (Udmurtia), por un valor que supera los 200 millones de dólares. Pero ésta es sólo la punta del iceberg del negocio de las exportaciones rusas de armas, que el año pasado superaron con creces el récord de los 6.100 millones de dólares, con una lista de peticiones valoradas en más de 17.000 millones de dólares.Exportaciones de armasLos datos del Instituto de Investigaciones Internacionales de Paz de Estocolmo (SIPRI) para el trienio 2003-2005 colocan a Rusia en el segundo puesto del ránking de suministro de armas. Estos datos difieren de los derivados de la firma de contratos de exportación (a menudo plurianuales) que le otorgan el 29,6 por ciento del mercado mundial con casi 17.800 millones de dólares en ventas. Cifras muy cercanas a las de los Estados Unidos, con un 30,1 por ciento del mercado y 18.000 millones de dólares en compromisos.A Rusia le sigue Francia como tercer exportador mundial de armas, pero muy por detrás, con el 10,3 por ciento de las exportaciones totales y 6.100 millones de dólares contratados. En octavo lugar se encuentra otro país europeo: Italia, con exportaciones armamentísticas por valor de 1.300 millones de dólares y dominando el 2,2 por ciento de cuota de mercado.Nuevos contratosSólo en los primeros siete meses del año, la Federación Rusa consiguió dos grandes contratos supermillonarios con países emergentes. En las negociaciones, que comenzaron el pasado mes de marzo en Argel, el presidente ruso, Vladímir Putin, firmó un contrato de 1.500 millones de dólares para el suministro de 36 cazas bombarderos Mig 29 SMT. En él se incluía la posibilidad de una posterior compra de otros 20 bombarderos, acompañados con sus correspondientes suministros. Por lo tanto, la factura total del encargo militar alcanzaría los 3.500 millones de dólares.El pasado mes de julio se cerró el contrato venezolano que alcanzó un valor total de 3.500 millones de dólares. En éste están incluidos 24 cazas Sukhoi SU30, con un coste de 1.500 millones; y 53 helicópteros modelo Mi1 Mi, por un valor cercano a los 200 millones de dólares. Además, incluye kalashnikov, sistemas antiaéreos TopM1, patrulleras navales y probablemente un submarino de la clase Amur.Acuerdos con Argentina En agosto surgieron insistentes rumores sobre un primer y eventual contrato entre Rusia y la Argentina de Kirchner. El acuerdo podría firmarse en otoño del presente año e incluiría la entrega de helicópteros Mi17 y Mi35M, de patrulleras navales con misiles, de sistemas de defensa aérea Tunguska y de otro tipo de armas ligeras.Las expectativas de que este año sea igual de positivo que el anterior para las exportaciones de armas rusas son muchas, aunque es posible que no se alcancen las cuotas de 2005. El pasado ejercicio se cerró con un contrato firmado en diciembre con Irán por valor de 1.000 millones de dólares, por el que el régimen de Teherán recibió sistemas de defensa y seguridad ante posibles ataques, de tecnología rusa. La operación no agradó en absoluto a Washington, que comunicó que algunos estados clientes de Rusia en Oriente Medio, refiriéndose claramente a Siria e Irán, estaban entregando armas a la guerrilla de Hezbolá en el Líbano.Compradores de armasLas ventas rusas de armamento se centran, sobre todo, en sistemas navales, que significaron el 45 por ciento de sus exportaciones; seguidos de los sistemas aéreos, que copan el 38,3 por ciento del comercio militar. En menor porcentaje se sitúan los sistemas de defensa antiaérea y medios terrestres.China se convirtió en 2005 en el mayor cliente de Rusia después de adquirir seis submarinos de la clase Kilo y un caza torpedos Sovremenny, todo ello por un coste total de 2.200 millones de dólares. En segunda posición se situó India, que adquirió un submarino Kilo, armado de misiles ClubS; una unidad de desembarco Murena y cinco kits para la producción con licencia de caza bombarderos Sukhoi SU30MKI. Ambas operaciones convirtieron al gigante asiático y a India en los mayores compradores de armas rusas y, singularmente, de sistemas de defensa naval.No se puede olvidar, no obstante, que de forma paralela al comercio legal de armas, en el que se invirtieron cerca de 22.000 millones de dólares en 2005, actúa también el mercado ilegal, centrado especialmente en las armas ligeras y sobre el que es imposible conseguir datos fiables. Este agujero hace complicado estimar el gasto total que países y organizaciones realizan anualmente en armamento.Uno de los ejemplos más claros de este mercado B es el de Ucrania. Al retirarse en 1991, las tropas rusas dejaron armas y material militar valorado en más de 3.000 millones de dólares. Desde entonces, todo ese material ha ido desapareciendo poco a poco en sospechosos robos, ventas ilegales a varios países del Oriente Medio, africanos o asiáticos, e, incluso, lamentables pérdidas por abandono, según las conclusioens de una investigación realizada por el Parlamento de Kiev.