El presidente galo François Hollande deja un triste balance de 2014: desempleo récord, incumplimiento de sus objetivos de déficit público, crecimiento prácticamente nulo y una caída de popularidad inédita en la historia de la V República. El mandatario socialista no podrá contar con que le avale su actual balance para ser reelegido en 2017, ni para pasar la prueba de las elecciones departamentales y regionales del año venidero. Desde mayo de 2012, más de medio millón de personas se han sumado a las filas de desempleados, con un saldo de 3,4 millones de parados (un 10,4 por ciento) a finales de año. Y el futuro pinta nada bien según la OCDE, que descarta una reducción del paro antes de 2016. En 2015, el frente del empleo será fundamental para Hollande, quien había pedido durante la campaña presidencial que su mandato sea juzgado a partir de las cifras de mercado laboral e incluso anunció hace poco que no repetirá como candidato en 2107 si no arregla el problema del paro. Para el año próximo, se espera que su famoso Pacto de Responsabilidad, que incluye ventajas para las empresas de 41.000 millones en rebajas fiscales y de cotizaciones a cambio de crear empleo, brinde resultados. Hasta el momento, ese plan reformista, cuyo objetivo doble es mejorar la competitividad de las empresas y generar puestos de trabajo, no ha dado frutos. Además, 2015 será el año en el que se jugarán las cuentas de Francia. Después de haber obtenido, por segunda vez, un plazo de dos años para equilibrar sus gastos con los criterios comunitarios, París anunció este año que prevé un déficit de 4,1 por ciento para el próximo año y un regreso al objetivo impuesto por Bruselas de 3 por ciento en 2017. Para alcanzar las metas, París deberá emprender reformas señaladas por la Comisión Europea. En caso contrario, se le podría imponer una multa de hasta 4.200 millones de euros. Entre las reformas que se prevén, figura la liberalización del acceso a algunos trabajos reglamentados y la flexibilización de la regulación laboral, en particular en el trabajo dominical. En el ámbito político, el ultraderechista Frente Nacional podría consolidarse en 2015. No en vano, el pasado fue un gran año electoral para el partido. Tras su triunfo en los comicios municipales y europeos, y su histórica entrada en el Senado, la formación de Marine Le Pen se prepara con fuerza para las departamentales de marzo próximo. Los socialistas, cuyas divisiones se recrudecieron este año, perdiendo apoyo entre los franceses, incluso de izquierda, tendrán que cerrar filas para evitar una nueva ola bleu Marine, aún más contando con el regreso del e presidente conservador Nicolas Sarkozy, que ha comenzado el camino hacia una posible vuelta al poder.