Goldman Sachs instó ayer al Banco de Portugal a "reconsiderar su postura" sobre su decisión de no transferir al Novo Banco una deuda contraída con la entidad estadounidense por el Banco Espírito Santo (BES). En un comunicado, la firma de inversión norteamericana amenazó con "recurrir a todas las vías, incluyendo las judiciales", para defenderse de una medida que consideró perjudicial para sus intereses. La reacción de Goldman Sachs se produce tres días después de que el Novo Banco divulgase que el Banco de Portugal no le transferirá la responsabilidad sobre una deuda contraída por el BES, lo que tendrá "un impacto positivo en las reservas de 548,3 millones". El banco estadounidense argumenta que el regulador bancario portugués le confirmó "explícitamente y por escrito" que esa deuda iba a pasar al pasivo del Novo Banco, entidad creada tras la intervención del BES a inicios del pasado mes de agosto. La detección de multimillonarias pérdidas en el BES llevó al Banco de Portugal a optar por su división en dos partes: una que mantiene el nombre original con los activos considerados tóxicos -que será liquidada previsiblemente- y otra, llamada Novo Banco, que agrupa todos sus activos saludables y que está en proceso de subasta pública. Según los medios lusos, Goldman Sachs creó un instrumento financiero (Oak Finance Luxembourg) a través del que prestó al BES más de 600 millones de euros al BES en julio, que ya entonces atravesaba serias dificultades para financiarse. La firma de inversión además entró en su accionariado, con un 2,27 por ciento, 15 días antes del rescate.