El volumen de producción creció un 6% el año pasado, pero los ingresos se redujeron un 2%Entre 2008 y 2012 la propietaria de Opel sufrió unos números rojos de casi 1.700 millonesGeneral Motors, el gigante automovilístico norteamericano propietario de Opel, cambia de marcha en España. La compañía ha conseguido cerrar seis ejercicios consecutivos en números rojos y por primera vez desde el año 2007 vuelve a tener beneficio después de impuestos. De acuerdo con las cuentas remitidas al Registro Mercantil, General Motors España cerró el año pasado con un resultado positivo de 39 millones de euros, frente unas pérdidas en 2012 de 896 millones de euros. El dato es especialmente relevante porque entre los años 2008 y 2012 la empresa ha sumado unos números rojos de casi 1.700 millones. La compañía admite, no obstante, que la situación no es todavía fácil y que estos beneficios responden sobre todo a unos ingresos extraordinarios como consecuencia de la venta de una planta en Polonia que tenía en su balance. La planta se ha traspasado a la sociedad General Motors Europe, que ha sido absorbida a su vez por General Motors Automotive Holding dentro de un proceso de reorganización a nivel europeo. Fuentes de la empresa señalan en este sentido que "como especificamos en la memoria, el impacto en los resultados de esta transacción fue de 248 millones de euros". El resultado operativo, de hecho, sigue siendo negativo, "si bien se ve una clara mejora respecto al año anterior", según General Motors. De hecho, las pérdidas operativas se han dividido por cuatro. En 2012, esta partido reflejaba un importe negativo de 856 millones de euros y el pasado ejercicio los números rojos se redujeron a 195,9 millones. Producción y ventas La cifra de negocios se situó en 3.177 millones, lo que significa una caída del 2 por ciento respecto a 2012 y la mitad que en 2007, antes de que se iniciara la crisis económica, cuando el grupo alcanzó una facturación de 6.550 millones. General Motors España destaca, no obstante, que la producción ha crecido un 6 por ciento, al pasar de 265.000 unidades hace dos años a 281.000 en el último año. "Aunque la producción ha aumentado con respecto al ejercicio anterior, la cifra de negocios ha disminuido debido al hecho de que las mayores unidades vendidas corresponden a coches más pequeños, con un precio unitario inferior", según explica la propia empresa en sus memorias. El pasado mes de enero el director general de la filial española, Antonio Cobo, aseguró ya respecto a la evolución en 2013 que "a pesar de que se han cumplido los objetivos de calidad, producción y ahorro de costes" el ejercicio había sido "difícil". Cobo hizo estas declaraciones en la planta de Figueruelas (Zaragoza) tras el anuncio de que se iban a fabricar tres nuevos modelos de automóviles en la misma este año, donde se han invertido 210 millones de euros con la previsión de alcanzar las 295.000 unidades. Y es una cifra que se suma además a los 175 millones invertidos ya el año pasado en la misma fábrica. Aunque todavía no se han hecho públicas las cifras de este año, Cobo anunció entonces que su previsión es que en el segundo semestre se empezara a ver una mejoría de las ventas y que 2015 iba a ser "sustancialmente mejor". En la misma línea también, la compañía explica en las memorias que, sin duda, 2014 ha sido un año clave para cumplir con el objetivo de volver a la rentabilidad en Europa en 2017, y luego seguir mejorando los márgenes con la meta de alcanzar el 5 por ciento sobre ventas en el año 2022. Teniendo en cuenta que General Motors España representa más de un 30 por ciento de la producción de la compañía a nivel europeo la firma no oculta que "jugará un papel relevante en el logro de este objetivo con el lanzamiento de nuevos modelos". A la espera de una mejora de las ventas, el año pasado se amplió el ERE (Expediente de Regulación de Empleo) existente a 350 trabajadores adicionales. Al cierre del ejercicio, la compañía estaba integrada así por 5.770 empleados. Los resultados del grupo General Motors a nivel mundial continúan siendo sólidos, con una facturación de 117.042 millones en el ejercicio 2013 y un beneficio neto de 2.839 millones. Europa fue el único punto negro, la única región que registró pérdidas, que ascendieron a 602 millones. El control de costes y la eficiencia en los procesos internos ha permitido, sin embargo, reducirlas sustancialmente.