El gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, subraya que los recientes acontecimientos sociales ocurridos en México, como la desaparición de 43 estudiantes en Guerrero, sí influyen en las decisiones que toman los inversores en el país. En una entrevista con El Universal, Cartens explica que la certidumbre y la confianza son elementos fundamentales para que se tomen decisiones, tanto de inversión como de consumo en el país. ¿Los recientes acontecimientos sociales ocurridos en México puede tener efectos sobre los inversores? La realidad es que la certidumbre y la confianza son elementos fundamentales para que se tomen decisiones, tanto de inversión como de consumo. Esto lo tratamos de constatar a través de las encuestas periódicas que hacemos entre empresarios e incluso a nivel regional. Las empresas toman decisiones con base en la información que tienen para formarse expectativas y si hay noticias de acontecimientos sociales que no son conducentes a un orden social adecuado, muchas veces la gente prefiere no actuar. Sí es un factor que influye, pero es también difícil calcularlo puesto que tiene manifestaciones locales. ¿Cómo afectará a la economía los precios internacionales a la baja del petróleo? México tiene la ventaja de tener un abanico muy amplio de posibilidades y creo que se podría encontrar una masa crítica suficientemente interesante para que haya proyectos atractivos y atraigan inversiones, habrá algunos que cuesten más trabajo echarlos a andar. Hablando del precio del petróleo, pienso que sí ha sido un fenómeno combinado, un aumento importante en oferta pero también una caída importante en la demanda, hay que recordar que más del 50 por ciento del PIB mundial está creciendo muy por debajo de su potencial y eso está afectando la demanda de energéticos, esto es un factor que hay que seguir resolviendo, veo que hay un piso, posiblemente no muy lejano, donde toque el precio del petróleo y con el tiempo deberá ir repuntando. En el caso de México, ¿cree que las coberturas van a minimizar el deterioro producido por esta caída? Sin duda es cierto, se cubrió el número de barriles a partir del cual se determinan los ingresos fiscales provenientes del petróleo y se cobró un precio, prácticamente igual con el que se hizo el Presupuesto de Egresos para 2015, y también estamos con los fondos de estabilización, que implican ahorros del pasado de la Secretaría de Hacienda. ¿Cómo siente hoy en día la salud del sistema financiero internacional? Hay diferencias geográficas importantes, hay países que han podido adoptar las nuevas regulaciones de manera rápida y efectiva, sin perjudicar la capacidad del sistema financiero de contribuir al crecimiento y ese es el caso de México y de muchos otros países emergentes, incluso países como Estados Unidos, donde fue el origen de la crisis financiera, se ha avanzado muy rápido, pero hay muchos países donde el rezago ha sido mayor y han tardado más en salir por lo que hicieron manifestarse los problemas muy arraigados en el sistema financiero, como es el caso de Europa. ¿Cuáles son los focos de preocupación a nivel global, además de Europa? Japón es un caso sensible, yo lo pondría en combinación con China y Corea. Japón está llevando una política monetaria sumamente expansionista, está tratando de crecer depreciando su divisa, eso ha forzado a China y Corea a proteger sus divisas, han entrado en una batalla por ganar competitividad a través de fenómenos que no son sostenibles, entonces esa región sí podría enfrentar problemas más serios hacia adelante. Otra zona de preocupación es Latinoamérica, en general, excluyendo a México, porque dentro de toda Latinoamérica es el país menos dependiente del precio de los commodities, a nosotros nos pega el petróleo pero tenemos un comercio balanceado donde incluso somos importadores, y en ese sentido nos beneficia. Pero hay una buena parte de países latinoamericanos, por ejemplo Chile, con el precio del petróleo que sí tiene vulnerabilidades importantes que se están reflejando en menor crecimiento económico. Muchos países tienen no sólo que limpiar sus finanzas públicas, sino también sus exportaciones, y ahí México sí les lleva ventaja, porque desde el punto de vista de balance de pagos, las exportaciones de petróleo no son ya tan significativas. ¿Brasil ha dejado de crecer? La realidad es que Brasil, sobre todo en 2008 y 2009, usó de manera muy agresiva la expansión fiscal y no es una manera sostenible de generar crecimiento, llega un momento en el que el sobreendeudamiento hace difícil continuar, es necesario hacer correcciones fiscales y es lo que está pasando. ¿Cómo ha sentido el papel del G-20? Muchos analistas dicen que no han podido impulsar los cambios que necesita el sistema financiero. El G-20 es un proceso que hay que ver en un periodo de tiempo relativamente largo, creo que sin el G-20 superar la crisis hubiera sido más difícil. En restablecer la salud del sistema financiero mundial ha sido muy efectivo, pero en buscar políticas o enfoques operativos, por ejemplo, en materia fiscal y monetaria ha sido más difícil porque ahí las realidades locales se imponen. ¿Cuándo cree que ya terminaremos el ciclo de la crisis en el que está la economía? Estados Unidos creo que está cerca de salir, el tema fundamental es que la Reserva Federal tiene una política extremadamente laxa que no es sostenible, y ese es el proceso que vamos a vivir en el próximo par de años. En Europa y Japón creo que tienen problemas mucho más serios y que no se pueden resolver únicamente por los bancos centrales ni por políticas fiscales, se requiere entrar en un proceso de reformas estructurales, muchas de ellas afectando aspectos culturales, como por ejemplo en Japón, que está reduciendo su población, abrir sus fronteras a la inmigración o estimular una mayor participación de la mujer en la economía. Son cambios muy de fondo y va a tomar un tiempo mayor para que se materialicen. Respecto a México, los analistas empiezan a achicar su perspectiva de crecimiento para el próximo año. Nosotros tenemos un rango de entre el 3 y eñ4 por ciento, las expectativas caen dentro de este rango, lo que sería ideal es que estuviéramos lo más cercano al 4 por ciento y para eso necesitamos una buena implementación de las reformas estructurales. Hay que aprovechar el crecimiento de EEUU e ir evaluando como progresa el precio del petróleo, para que hacia 2016, si el precio continúa bajo, entonces aplicar medidas fiscales.