Ocultó que la información no se ajustaba a la normativa del Banco de España"La auditoría de cuentas anuales consolidadas del grupo BFA realizadas por Deloitte y firmada por D. Francisco Celma Sánchez firmadas el 25 de marzo de 2011, no indica ningún tipo de salvedad, indicando que cumplen con la normativa del Banco de España, cuando la situación financiera consolidada y los resultados consolidados no se adecuan a las citadas normas". Así de contundente se muestran los inspectores en el informe pericial que han remitido al juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu sobre la creación y salida a bolsa de Bankia. Los peritos aseguran, en concreto, que la auditora "tenía que haber detectado" hasta una decena de "errores contables", que suponían un incumplimiento de la normativa del organismo regulador y que se produjeron en distintos estados anuales y financieros. Son todos los que van desde las cuentas consolidadas del Banco Financiero y de Ahorros (BFA) a 31 de diciembre de 2010 hasta las cuentas anuales y consolidadas de Bankia y entidades dependientes formuladas en mayo de 2012. En el informe se detalla cada uno de los errores contables y el impacto que su ajuste produce en los estados financieros considerados. Los peritos explican, en este sentido, que "no hay justificación a la falta de ajuste de los riesgos de Caja Madrid (...) pues la información está disponible" y se insiste también en que "no se puede alegar la imposibilidad para detectar y cuantificar el ajuste de la inversión crediticia a 31 de diciembre de 2010, porque debido a la concentración de la cartera, el 65 por ciento del ajuste correspondía a un grupo limitado de 137 acreditados (créditos) cuya situación de deterioro era sobradamente conocida". Los ajustes necesarios en los estados anuales individuales y consolidados de Bankia y entidades dependientes a 31 de diciembre de 2011, formulados el 28 de marzo de 2012, hubieran convertido el resultado individual de ejercicio 2011 en pérdidas de 1.830 millones de euros, sin que Deloitte advirtiera nada. Como tampoco lo hizo respecto a los estados financieros intermedios resumidos consolidados del 1 de enero al 31 de marzo de 2011, elaborados para la salida a bolsa. En este caso, el ajuste suma 928,83 millones de euros, que convertirían el resultado consolidado de 64,15 millones de euros en pérdidas de 864,67 millones de euros. Este informe pericial llega después de que el ICAC (Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas, que pertenece al Ministerio de Economía, sancionase el pasado viernes a Deloitte con 12,4 millones de euros, por la auditoría que realizó a Bankia antes de que la entidad saliera a bolsa en 2011. Con todo, se trata de una multa muy inferior a la prevista inicialmente, cuando se llegó a barajar, incluso, la retirada de su licencia en España. Los peritos ponen también especial énfasis, además, en otra auditoría realizada también por Deloitte. Es la referida a las cuentas individuales y consolidadas del Banco de Valencia de 2010, firmadas por Miguel Monferrer y que "no hacían mención a ninguna salvedad (...) a pesar de los significativos saneamientos pendientes de contabilizar". En el análisis de esta entidad en el periodo de 2004 a 2011, los peritos concluyen que se llevó a cabo un "desmesurado incremento" de su inversión crediticia, asumiendo riesgos concentrados en el segmento inmobiliario que le llevaron a un grave deterioro de su situación económica. Los riesgos y las irregularidades detectadas se produjeron, de acuerdo siempre con el informe, con conocimiento primero de Bancaja y después de BFA-Bankia y ponen de manifiesto un grave deterioro no contabilizado a 31 de diciembre de 2010 en las cuentas individuales y consolidadas del Banco de Valencia. La situación tampoco tuvo adecuado reflejo en las cuentas individuales y consolidadas de Banco Financiero y de Ahorros. Así, el ajuste no contabilizado por BFA fue 536 millones y 573 millones de euros a 31 de diciembre de 2010 y 30 de junio de 2011.