El grupo tecnológico se encuentra en un impasse desde que el Ministerio de Defensa se hizo con el control de la participación que quedaba en manos del Estado. Su capitalización bursátil ha caído desde entonces, hasta mínimos de los dos últimos años. Un factor determinante que puede jugar a su favor en el medio plazo es el hecho de que el presupuesto de Defensa haya crecido para el ejercicio 2015 después de siete años reduciéndose. En los primeros nueve meses del año, Indra presentó un resultado operativo ebitda de 140 millones de euros, un 4,5 por ciento menos de lo que esperaban los analistas. Las ventas descendieron un 2 por ciento hasta los 2.086 millones de euros, en sintonía con lo que se esperaba. Sus gestores confían en que las ventas en España seguirán arrojando un moderado descenso hasta el final del ejercicio, aunque "a un ritmo muy inferior al experimentado en los años anteriores". Y siempre confiando en ese cambio de rumbo de Defensa.