Todo indica que el sistema financiero español ha superado con nota alta la enfermedad epidémica que se extendía por todo el mundo, quebrantando la salud de toda la comunidad y en especial a los negocios e iniciativas relacionadas con las cuestiones bancarias, bursátiles y grandes negocios mercantiles. El virus, incubado segundos después de que Lehman Brothers, cuarto banco de inversión de EEUU, se declarara en quiebra tras más de siglo y medio de actividad, no sólo parece que ha hecho las maletas, sino que todo indica que la llamada crisis bancaria se encamina, al menos en lo que respecta a las entidades españolas, a la cochera del olvido. La mutación no ha sido gratuita, engendrándose una reforma financiera que si bien es verdad está ayudando a que los claroscuros se tornen en balances soleados, también es cierto que los temidos nubarrones han descargado en las arcas públicas. Aunque para nube grande, oscura y densa, la que muchos decían otear en las semanas previas a que la Europa comunitaria aplicara en España lo que José María Roldán, presidente de la Asociación Española de Banca (AEB) denominó "un sistema de supervisión único en la eurozona". Dicho sistema de supervisión, impulsado bajo el paraguas del Banco Central Europeo, entidad cuya función principal consiste en mantener el poder adquisitivo del euro y, con ello, la estabilidad de precios en la zona del euro, no es otro que la evaluación global del sector bancario europeo. El resultado final de este exhaustivo y exigente conjunto de pruebas "ha puesto de manifiesto que los bancos españoles integrados en la Asociación Española de la Banca han pasado con éxito este ejercicio, y cuentan, por tanto, con una base de capital suficientemente sólida para contribuir, tanto a la estabilidad financiera europea, como al crecimiento de la economía española y la creación de empleo", comenta Roldán. En otras palabras, el proceso de saneamiento, reforma y reestructuración del sistema bancario español acometido en los últimos años "ha dado resultados positivos y las entidades de crédito españolas afrontan el futuro con balances saneados y una posición de solvencia adecuada", subrayan en el Banco de España. La matrícula de honor en cuestiones de solvencia se acompaña de muchos, muchos, ceros: el resultado atribuido de los grupos bancarios españoles al cierre del primer semestre de 2014 ha ascendido a 6.363 millones de euros, un 19,5 por ciento más respecto al alcanzado en el mismo periodo del ejercicio 2013. Este crecimiento del resultado atribuido, en 1.040 millones más, "responde", explican en la entidad que gobierna Luis María Linde, "a la mejora registrada en los principales márgenes de negocio, de modo que su rentabilidad avanza 12 puntos básicos por encima de la obtenida a 30 de junio del año anterior y se sitúa en el 0,56 por ciento de los activos totales medios (ATM)".