Luis del Rivero está interesado en el negocio medioambiental del gigante galomadrid. La guerra que mantienen Sacyr Vallehermoso y Eiffage, la tercera constructora de Francia, ha escrito un nuevo y ambicioso capítulo: la posibilidad de comprar las actividades medioambientales de Suez. Luis del Rivero, presidente de la española, dejó entrever esta posibilidad en una entrevista concedida a Les Echos. Cuestionado sobre esta opción, respondió "quizás" y que antes debería hablarlo con la dirección de Eiffage.Suez está inmersa en un proceso de fusión con Gaz de France (GdF), que dará lugar a uno de los mayores grupos energéticos del mundo. La operación cuenta con el apoyo del Gobierno francés, que incentivó esta carambola para impedir que el gigante del agua cayera en manos de la italiana Enel. Su unión con GdF podría llevar a Suez a desprenderse de sus actividades medioambientales, donde es uno de los grandes jugadores mundiales. Un trono que podría aprovechar Eiffage, sobre todo, a la vista del proteccionismo del Gobierno galo, cuyo candidato predilecto siempre será un francés.Ante esta hipotética operación, Eiffage contaría con un socio de excepción si terminara haciendo las paces con Sacyr, que en los últimos años ha ido dando pequeños pasos en las actividades de agua y servicios. Además, juntos podrían financiar mejor la operación.Difícil matrimonioDesde que entró en el capital de la constructora francesa, el pasado 28 de febrero, Del Rivero ha tendido numerosos puentes de plata a su participada. Siempre interesado en llegar a un acuerdo, el máximo ejecutivo de Sacyr ha abordado todas las opciones posibles para ganarse el afecto de Jean Francoise Roverato, presidente de Eiffage. Incluso, ha llegado a ofrecerle un sillón en el consejo de Sacyr. Pero han pasado ya varios días y el ejecutivo galo continua sin dar una respuestas.Sus reiterados desplantes han terminado forzando a Sacyr a actuar por las malas: comprar el 32% del capital, por 1.700 millones de euros, y convertirse en el primer accionista del grupo. Además, quiere cuatro puestos en el consejo de Eiffage, equivalentes a la participación que ostenta. Objetivo que conseguirá, o no, el próximo miércoles, en la junta general de accionistas de la francesa.