Un banco como el Santander entra en la terna de posibles compradores o candidatos a ejecutar una operación en menos que canta un gallo. Su potencia financiera, los geniales movimientos que ha protagonizado y su increíble capacidad para engullir competidores son argumentos de peso para que sea tenido en cuenta en casi cualquier ocasión. Ayer, después de que el propio Emilio Botín, presidente de la primera entidad financiera española, reconociera que se había estudiado la compra de la filial de crédito al consumo de Citi en Alemania pero se había descartado, le tocó el turno otra vez al país centroeuropeo. La agencia Reuters, citando fuentes familiarizadas con la operación, aseguraba que Banco Santander podría ser una de las entidades interesadas en pujar por el alemán Dresdner Bank, entidad filial de la aseguradora Allianz, como parte de su estrategia para consolidar su negocio bancario en Alemania. En concreto, el banco que preside Emilio Botín habría mantenido contactos con Allianz para lanzar una opa, aunque las negociaciones se encuentran en una etapa inicial. Otras entidades que estarían interesadas en Dresdner Bank serían Commerzbank y Deutsche Bank. No a corto plazo A pesar de que el banco rojo declinó hacer comentarios a reclamo de este periódico, fuentes consultadas aseveran que "los contactos no se están produciendo y que la operación no se va a realizar a corto plazo. Dentro de un año no se sabe lo que puede pasar ni con Dresdner ni con otros, pero por ahora no interesa", explicaron. Por su parte, Allianz rehusó también a realizar declaraciones al respecto. Cabe recordar que Banco Santander formalizó este mes la compra a General Electric de la unidad de negocio General Electric Money en el país germano y está dispuesto a participar en el proceso de consolidación del mercado de la banca comercial alemana. En este sentido, el propio Botín ha puesto de manifiesto en varias ocasiones el interés del banco por el mercado teutón. Botín calla En declaraciones realizadas ayer mismo, Emilio Botín, señaló que la entidad da a conocer las operaciones en las que participa "cuando son, y no cuando se comentan en el mercado" y añadió que, debido a su tamaño, "regularmente salen rumores en la prensa sobre compras y ventas". El primer espada del Santander hizo estas declaraciones en la presentación de la memoria del ejercicio de 2007 de la Fundación Marcelino Botín. Según desarrolló el ejecutivo, "el Santander es uno de los bancos más potentes del mundo y es normal que se hable de él, pero la política del banco es dar a conocer los anuncios cuando son realidad". Cabe recordar que Dresdner Bank alcanzó un beneficio neto atribuido de 410 millones de euros en 2007, lo que supone un 52,9 por ciento menos que en el año anterior, debido a su exposición a las subprime y a las turbulencias financieras. Los rumores llevaron a la aseguradora Allianz a avanzar ayer un 0,3 por ciento, hasta los 117,40 euros, en una jornada en la que el índice DAX 30 de la Bolsa de Fráncfort cerró con una bajada del 0,12 por ciento, tras una negociación volátil. Por su parte, Banco Santander retrocedió un 0,91 por ciento, quedando la acción en 12,02 euros. En proceso de concentración Más allá de esta operación, las fusiones o compras en el mercado bancario alemán se producirán antes o después. Dejando a un lado la actual época de crisis, la propia Asociación Alemana de Banca (Bundesverband Deutscher Banken) suele llamar la atención sobre los problemas estructurales del sector. En este sentido, tanto la fragmentación de la banca doméstica como las restricciones competitivas derivadas de la excesiva participación pública son claves. Como consecuencia de estos dos factores, además de correr el riesgo de convertirse en el objetivo de otros, los bancos teutones siguen obteniendo unos beneficios inferiores a los de sus homólogos europeos. En el lado positivo, están el recorte de gastos y la buena gestión del riesgo logrados en los últimos años. A mediados del año 2005 la introducción de un sistema de garantías estatales fue un gran paso para soltar lastre, pero la reestructuración careció de alcance. La oportunidad pasó y todavía hoy la inestabilidad estructural se deja sentir y las entidades públicas pueden refinanciarse en condiciones más favorables que las privadas. En este contexto, los primeros están abocados a la concentración. Además, las turbulencias que dominan a la banca mundial amplifican esta tendencia local en Alemania, que ya ha sufrido sonadas bajas, como la de Sachsen. Por su parte, la cajas de ahorro, que representan más de un tercio del sistema germano y están controladas por los lander, quedan fuera de las quinielas puramente mercantiles por su naturaleza pública. Otra historia sería que, desde un punto de vista estratégico, los gobiernos regionales decidieran encajarlas de una u otra manera, pero eso aún está por ver. Las cajas alemanas tratan, sobre todo, de promover el ahorro y la inversión en el territorio en el que operan, más allá del régimen de libre mercado, aunque no cuentan con una obra social comparable a la española. Si se tienen en cuenta todos estos factores, y conociendo la voracidad del Santander, no sería de extrañar que, de una u otra forma, acabara tomando parte en este proceso de reestructuración.